Mientras se propala a los cuatro vientos que Bolivia se ubica entre los cinco primeros países de América Latina que más avanza en la vacunación contra la Covid 19, la realidad parece contradecirlo. Lo cierto es que en el país solo se ha logrado vacunar al 65% de los adultos mayores de 60 años y personas con enfermedades de base. Según los primeros anuncios del gobierno, alrededor de estas fechas se debería vacunar a las personas de 18 a 59 años. Este atraso empieza porque el país no dispone de la cantidad necesaria del inmunizante. La disculpa es la escasez de vacunas a nivel mundial; verdad a medias pero que no deja de mostrar la poca diligencia oficial en la adquisición, contrastando con otras repúblicas de relativa mayor población que Bolivia, como el Ecuador que nos aventaja en varios millones de disponibilidad del antivirus 19 y se podría mencionar a otras repúblicas.
Aun si tuviésemos a mano una cantidad suficiente, las condiciones apropiadas para una buena campaña vacunatoria seguirían siendo dificultosas. Así no se garantiza la cadena de frío requerida para la verdadera efectividad del inmunizante, mucho menos para Pfizer, que se dice estarse aplicando esta temporada. Solo La Paz y Santa Cruz garantizan los 70 grados bajo cero que exige su conservación. Esto en los centros de depósito de medicamentos, pero el transporte y aplicación en los vacunatorios durante horas (no digamos días) desnaturaliza la eficacia. Asimismo, siguen siendo pocos los centros de inmunización. Es cierto que ahora se cuenta con algunos más, pero sin condiciones y volvemos al tema de enfriamiento e interrogamos, además, hasta qué punto el incremento de personal destacado es capaz para su cometido.
Estamos a merced de las disputas entre el Ministerio de Salud y la Cancillería por la adquisición de vacunas. Como siempre, la pugna es por quién aparece en las fotos y se pinta mejor ante la ciudadanía. Se ha sacado a luz una vez más que el Estado no cuenta con personal capacitado y hábil en comercio internacional, preciso en la emergencia. Es entonces razonable que el Ministro de Salud haya intentado dotar de vacunas a través de una entidad intermediaria, sin que se trate de una gestión concluida.
Se dice que Antebellum Holdings medió ante los laboratorios Serum, de India, por posibles cinco millones del disputado elemento específico (Astra Zeneca). Pero la discordia se desata contra la salud pública. Esto de la Astra Zeneca crea incertidumbre y puede derivar en tragedia, considerando que enorme parte de los mayores de 60 años recibió la primera dosis de ese sello. La pandemia terrorífica en la India, centro de producción de dicha vacuna, y el proceso por incumplimiento que confronta a demanda de la Unión Europea, torna difícil sino imposible que podamos contar con vacunas Astra Zeneca para la segunda dosis que aguarda la señalada parte importante y de riesgo de nuestra población.
Realidad nacional y disputa por vacunas
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