domingo, diciembre 22, 2024
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Bolivia Siglo XXI: Banzer y Evo, diferencias y semejanzas

  1. Hugo Banzer gobernó Bolivia por 10 años, siete como dictador (1971-1978) y tres de presidente elegido (1997-2001) con mandato interrumpido en 2001. El dúo Evo-Álvaro gobernó 14 años en tres períodos (2006, 2009, 2014) con mandato interrumpido en 2019. Son históricos personajes de dudosa conducta, personal y política. ¿Por qué?

CASO BANZER

  1. En 1971, la Asamblea Popular –que sustituyó al Parlamento– era casi poder paralelo al gobierno de Juan José Torres. Era una «COB ampliada» de mucho discurso y dogma, pero poca noción para defenderse ante golpistas como Banzer, quien ya estuvo detenido por intentos golpistas y fue salvado –de morir– por un microempresario de apellido Garáfulic, quien luego tendría los favores del Dictador hasta vender –sin ser dueño– la mina de oro Amayapampa.
  2. Para el golpe de agosto de 1971, Banzer utilizó paramilitares, militantes del MNR y FSB armados, y las Fuerzas Armadas. En Santa Cruz, el 19 y 20 de agosto, fabriles, universitarios, profesores o la periodista Leslie Andreuzzi fueron: asesinados, torturados y/o desaparecidos en la 8va División de Ejército, Rectorado de la Universidad René Moreno o El Pari. Los empresarios de origen alemán, familias Bauer (Ernest), Gasser, Kyllmann y otras, regalaron la Hacienda San Javier al Dictador, y dieron armas a los paramilitares y dinero a los coroneles con mando de tropa, como revelaron en Bonn (Alemania Federal) el 28 de febrero 1972 los periodistas del programa «Monitor», Stoffregen Büller y Gisela Vollmer-Kóenig, en el documental «Los alemanes en Bolivia«, revelado en el Parlamento boliviano por el diputado Marcelo Quiroga el 31 de agosto 1979 en la Proposición Acusatoria del abortado Juicio de Responsabilidades contra Banzer.
  3. Banzer pisoteó la Constitución y aprobó los temibles «Decretos Ley»: 11.028 (17 de agosto 1973), 11.974 (9 de noviembre 1974) y otros, para cesar dirigentes sindicales, prohibir marchas o huelgas obreras, imponer «Coordinadores Laborales» (interventores sindicales) e «institucionalizar» la Dictadura hasta 1980. En 1997, con 22% de votos, fue elegido presidente en el Congreso con apoyo de: Daniel Santalla, Andrés Soliz o Pedro Rubín de Celis, torturados o exiliados por Banzer. Parte de sus votos resultaron de la incumplida promesa electoral de devolver a los mineros despedidos sus ahorros de la quebrada Financiera Finsa de Nelson, Carlos y Eddy Arévalo.
  4. La crueldad sello banzerista. Impuso, de facto la pena de muerte como dijo el 31 de enero 1974: «A ustedes, hermanos campesinos, voy a darles una consigna como su líder. Al primer agitador que vaya al campo, yo les autorizo, me responsabilizo, pueden matarlo. Si no, me lo traen aquí para que se entienda conmigo. Les daré una recompensa» («Presencia», 1 de febrero 1974). ¿O cómo murió, en mayo 1973 el militar de rasgos nazis Andrés Selich, su ex ministro del Interior? Torturado «como el peor comunista» en la «Casa de Seguridad» en calle Chaco de Sopocachi, por intento golpista. O de la violación masiva, de 80 soldados, a la periodista Leslie Andreuzzi, detenida en la 8va División de Ejército en agosto 1971, o ser llevada, en estado lamentable a La Paz, torturada en el Ministerio del Interior y luego en Achocalla, donde desapareció hasta hoy.

CASO MORALES-GARCIA

  1. Entre los años 2000 a 2005, como sociedad exigíamos cambios ante malos conductores del Estado. Los gobiernos liberales de Banzer, Quiroga, Sánchez de Lozada y Mesa no pudieron responder. Hubo de todo: marchas, huelgas, bloqueos, asesinatos, torturas, persecución, dirigentes clandestinos, presidentes fugados por inútiles, y otros. O paliativos como aceptar –a regañadientes– crear la UPEA, proceso que al liderarlo en persona lo conozco al detalle; por ejemplo: la tensa negociación en Palacio de Gobierno, en julio y agosto 2000, con el ministro Guiteras y el rector de la UMSA Gonzalo Taboada. Banzer caía si nos negaba crear la UPEA. Todo decantó en la elección de diciembre 2005, ganada por el MAS y Evo-Álvaro.
  2. Morales y García comenzaron un entusiasta gobierno que, a solo 3 meses, firmó decretos para negociar nuevos contratos petroleros. No hubo expropiación, indemnización ni nacionalización. Las empresas petroleras se quedaron en Bolivia y aceptaron trabajar bajo nuevas condiciones. En agosto de 2006 comenzó a sesionar la Asamblea Constituyente, proceso culminado en febrero de 2009 al promulgarse la nueva Constitución, muy reivindicativa por entonces. Luego, Evo-Álvaro fueron reelegidos dos veces: 2009 y 2014.
  3. En 2014 el gobierno socialista se «aggiornó» (se acomodó al placer liberal) con avaricia partidaria y mitomanía, de Evo, Álvaro y del MAS como dirigencia, y comenzaron a ignorar la Constitución en cuanto a la reelección presidencial, y a controlar todos los poderes del Estado, sea por voto ciudadano o del Congreso donde tenía 2/3 de votos, o por decretos. Algo similar pasó con factores influyentes de poder como algunos medios de comunicación: ATB, La Razón, PAT y otros. Inclusive, Morales afirmó que sus mayores enemigos son los periodistas («Los Tiempos», 11 octubre 2020). Ello decantó en el Referéndum por la Reelección Presidencial de febrero 2016 que el MAS perdió, pero desacató el resultado y para ello utilizó los Tribunales Constitucional y Electoral. Evo-Álvaro buscaban reelegirse a como dé lugar.
  4. En su 3er mandato, el MAS comenzó a reprimir a dirigentes sociales y políticos, dentro y fuera del MAS, y a periodistas. Ejemplo: Wilson García, acusado de sedición por sus reportajes y quien en Navidad de 2017 ingresó a Bolivia disfrazado de cura por dos órdenes de detención. Y creó «Casas de Seguridad», una ubicada en Av Armentia de La Paz, cerca de Radio Fides para monitorear llamadas telefónicas de dirigentes rebeldes (dentro y fuera del MAS), proceso a cargo de Macario Tola, un acérrimo seguidor de Álvaro. O a asesinar a intelectuales aymaras como Ayar Quispe en mayo de 2015. Resultado: dirigentes proscritos como Damián Condori, Guido Guardia y otros. Y llegamos al probado fraude de octubre 2019 y la renuncia-fuga de Evo-Álvaro.
  5. CONCLUSIONES. A partir de lo predicho, surgen algunas verdades históricas, casi irrefutables.
  6. a) Banzer y Evo (ambos aun judicialmente intocables) tuvieron prácticas políticas similares: Tomar el poder «per se» y ejercerlo con represión o terrorismo de Estado dirigido por Selich o Natusch (gestión Banzer) y militantes del Ejército Guerrillero Tupac Katari EGTK a cargo de Raúl y Álvaro García, y por Ramón Quintana (gestión Evo). Los militares: Selich, Natusch y Quintana se graduaron de la Escuela de las Américas, especializada en los «valores de la civilización occidental», crueldad militar y en «métodos científicos para obtener confesiones de detenidos políticos». Las dictaduras fueron, Político militar (Banzer) y Plebiscitaria (Evo-Álvaro).
  7. b) La circunstancia económico exportadora fue parecida para ambos gobiernos: El estaño superó los 7 dólares por libra (gestión Banzer). El gas tuvo precios elevados (gestión Evo-Álvaro). Avanzamos con la fundición de Vinto, pero como Estado no pudimos con la siderurgia y Mutún fue triple fracaso (2006, 2012, 2019).
  8. c) Avanzamos poco en la «Cuestión étnica». El rasgo nazi y anti-indígena de Banzer se notó en la matanza de Tolata de enero 1974 con muertos y desaparecidos no identificados. Con Evo-Álvaro la alta dirigencia campesina fue viciada con dinero y cargos, y desde 2001 la nación aymara está proscrita de ejercer la Secretaría Ejecutiva de la CSUCTB, por orden de ambos.
  9. d) En 1978 cuatro huelguistas (Aurora Lora, Nelly Paniagua, Angélica Flores y Luzmila Pimentel) que arrastraron a la prensa y la sociedad expulsaron a Banzer. La ambición demencial vía «fraude institucionalizado» echó a Evo-Álvaro. La sociedad reclamó y ambos huyeron. En la reciente 2da vuelta electoral subnacional, dirigentes pedían desde comunidades: «Por favor, que no venga el Evo, nos perjudicará», y el MAS perdió las cuatro gobernaciones en disputa.
  10. e) Desde 1825 Bolivia es Estado en traumática transición, con hitos críticos poco estudiados: 1781 (Rebelión india), 1899 (Revolución Willka), 1874 (Ley Exvinculación), 1892 (Masacre Kuruyuky), 1931 (Rebeldía Educativa) 1952 (Revolución frustrada) y 2000-2003 (masacres xenófobas).

Edgar Ramos Andrade. Comunicador, Investigador y Activista Social. Es autor de «Ninguneados de Bolivia», entre otros libros.

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