RECORDEMOS QUE…
La inteligencia emocional es la habilidad humana para identificar, expresar, comprender, gestionar y transformar las propias emociones y las de otras personas. Este tipo de capacidad intelectual se puede desarrollar y potenciar a lo largo de toda la vida.
Establecer Relaciones
17. El Liderazgo
El liderazgo y la inteligencia emocional están estrechamente ligados y no puede ser de forma diferente si se quiere llegar a ser un buen líder. Es un aspecto fundamental para cualquier jefe de equipo, familia, grupo.
Se trata de la capacidad que tiene una persona para comprender y manejar sus emociones para que estas no perjudiquen sus objetivos personales o profesionales, sino todo lo contrario; es decir, el liderazgo implica conocer las propias emociones y saber qué significan cada una de ellas para entender cómo pueden impactar en la jornada diaria y poder así controlarlas. Asimismo, un líder debe presentar determinadas cualidades que serán la clave para distinguir uno bueno de uno malo.
Los buenos líderes son aquellos que nunca pierden el control, que se enfrentan a sus retos dejando a un lado sus problemas personales y confían plenamente en sí mismos. Demuestran su inteligencia emocional en el liderazgo constantemente.
Los buenos líderes se reconocen porque escuchan a los suyos y son comunicativos y porque se informan antes de tomar decisiones, valorando seriamente sus posible repercusiones. Por ello, la inteligencia emocional juega un papel fundamental en liderazgo.
Competencias de un líder
El aspecto emocional de una persona; es decir, sus habilidades emocionales para con sí mismo y con los demás, es clave para convertirlo en un gran líder, tanto en su entorno personal como profesional.
Un líder debe contar con ciertas competencias y aptitudes que le permitan influir en los demás y dirigirlos hacia el logro de los objetivos de la organización. Algunas de estas competencias diferenciadoras son: la ética, la honestidad e integridad, su capacidad para transmitir conocimientos y estar siempre en servicio a los demás, la motivación de autodesarrollo, la colaboración y el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el talento para construir relaciones óptimas.
El secreto de un buen liderazgo radica en la inteligencia emocional
Según Daniel Goleman, hay cinco elementos principales de la inteligencia emocional en el liderazgo:
1. Autoconocimiento
Es muy importante y necesario conocerse primero a uno mismo. Cuanto mejor se conozca una persona a sí misma, mejor sabrá cómo actuar en los momentos críticos o de estrés, y reaccionará de manera más efectiva.
Además, el autoconocimiento ayuda a explotar al máximo las demás cualidades en cualquier situación que se presente y estar motivado para poder animar al resto del grupo. Conocerse a uno mismo incluso ayuda a analizar y entender más profundamente los sentimientos de los demás, por lo que se trabaja también la empatía.
2. Autocontrol de las emociones
Las emociones se rigen por impulsos biológicos, por lo que se debe aprender a manejarlas y gestionarlas. Este autocontrol ayuda a las personas a no ser prisioneras de sus sentimientos. Por ejemplo, si un entrenador se enfrenta al fracaso de su equipo, no reacciona con frustración e ira, sino que debe saber enfrentar la situación con calma para poder gestionarla correctamente.
Por lo tanto, un líder no se deja guiar por sus emociones, sino que reflexiona sobre las razones, expone las consecuencias y presenta un análisis del problema y una solución conveniente.
3. Motivación
Quienes poseen potencial para ser líderes tienen la capacidad de motivarse por un objetivo. El hecho de alcanzar logros les motiva y los impulsa por una razón, la pasión por su trabajo. Normalmente estas personas buscan los desafíos creativos, la constante formación y el orgullo de un trabajo bien realizado. Por lo tanto, emplean su energía en hacer mejor las cosas y crecer personal y profesionalmente.
El estar motivado es la clave para poder animar a los demás los demás. Si las personas están felices y motivados al hacer algo, los resultados serán mucho mejores. Por lo tanto, es el líder quien tiene la llave para animar a los demás integrantes del grupo, gracias a su capacidad motivadora.
4. Empatía
De todas las cualidades que se integran en la inteligencia emocional es la más reconocible. La empatía es la capacidad que tiene alguien de ponerse en el lugar o situación de otra persona. Para el liderazgo, esta cualidad no significa adueñarse de las emociones ajenas y complacer a los demás.
Significa considerar las emociones y sentimientos de sus empleados para tomar decisiones correctas. Por lo tanto, la personalidad debe ser agradable y la persona debe realizar una escucha activa para así ponerse en el lugar del otro. Esto ayudará al logro de los objetivos de los demás.
5. Habilidades sociales
Cuando se habla de habilidades sociales, no solo hay que referirse a ser amistoso. Se trata de conducir a las personas hacia un objetivo común y hacia la dirección que se desee. Normalmente, quienes poseen esta característica, suelen despertar simpatía en los demás y tienen un amplio círculo de conocidos. Esta red de conocidos es muy beneficiosa, y puede ser de gran ayuda en multitud de situaciones.
Por lo tanto, podemos afirmar que uno de los factores clave en el resultado de los objetivos del líder es su estado de ánimo, y el conocimiento y control de sus emociones, así como la capacidad de influencia en la toma de decisiones de su equipo.