Bogotá.- Los líderes de las protestas antigubernamentales en Colombia no lograron un acuerdo con el presidente Iván Duque para levantar las protestas, que han desbordado en violencia y en bloqueos de carreteras provocando escasez de alimentos y combustibles en las ciudades.
Después del encuentro de más de tres horas en la sede de la Presidencia, los dirigentes anunciaron una nueva jornada de protesta para el próximo miércoles en todo el país.
«No hubo empatía del Gobierno con las razones, con las peticiones que nos han llevado a este paro nacional», dijo a periodistas el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Francisco Maltés.
Las manifestaciones, que completaron su décimo tercer día, fueron convocadas inicialmente para rechazar un plan de reforma fiscal ya retirado por el Gobierno, pero se transformaron en una demanda para exigir acciones contra la violencia policial, la histórica desigualdad social con una renta básica para las familias más pobres y mejoras a la salud y la educación.
Por su parte, el integrante del Comité Nacional de Paro y secretario general de la CUT, Diógenes Orjuela, dijo que «fue una reunión fallida, una reunión que no produjo nada», mientras acusó al Gobierno de esquivar la palabra negociación.
La reunión con los dirigentes de las protestas se produjo después que Duque reconoció en Cali la necesidad de atender las exigencias de los jóvenes que participan en las manifestaciones.
POSICIONES DISTANTES
La representante estudiantil Jennifer Pedraza aseguró que el Gobierno mantuvo una posición similar a la del 2019, cuando esquivó una negociación de fondo.
«El discurso del presidente Iván Duque fue complaciente con los usos excesivos de la Fuerza Pública sobre las manifestaciones y sobre la base de eso es imposible tramitar cualquier tipo de reivindicación», declaró a periodistas la dirigente estudiantil.
Pero el alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, aseguró que el Gobierno rechaza la violencia y que habrá cero tolerancia con los miembros de la Fuerza Pública que violen la Constitución y la ley.
Pese a que el mandatario se había negado a viajar a Cali, el epicentro de las protestas, lo hizo después de los reclamos de las autoridades locales y de congresistas de su propio partido, el derechista Centro Democrático.
El sorpresivo y apresurado viaje de Duque se produjo luego de que cientos de habitantes de Cali salieron el domingo a las calles para exigir el levantamiento de los bloqueos y se enfrentaron con indígenas que ingresaban en apoyo de las manifestaciones, según autoridades locales.
Nueve manifestantes indígenas resultaron heridos por disparos, según informó el domingo el Consejo Regional Indígena del Cauca en un comunicado. La Policía Metropolitana de Cali reportó que cuatro personas resultaron heridas por los manifestantes indígenas.
El Gobierno ha denunciado que los bloqueos mantienen a Cali, al igual que a otras ciudades del país de 50 millones de habitantes, con desabastecimiento de alimentos y combustibles.
Los reportes sobre el número de víctimas fatales en medio de las manifestaciones difieren según las fuentes. Mientras la Defensoría del Pueblo informó de 26 decesos durante las protestas, 11 ligados a las manifestaciones y 7 en proceso de verificación, grupos locales de derechos humanos reportaron 47 muertes, incluidas 39 por violencia policial.
Duque, que la semana pasada inició reuniones con líderes del país en búsqueda de consensos que permitan un acuerdo para levantar las protestas, reiteró que su Gobierno garantiza la protesta pacífica, pero que es necesario suspender la violencia y los bloqueos de carreteras que están provocando un desabastecimiento de alimentos y combustibles en las ciudades. (Reuters)