Recientemente, mediante nota el Comandante en Jefe de las FFAA dispone el repliegue de todo el personal militar destinado en misión diplomática en el exterior en un plazo de 30 días, por orden del Capitán General de las FFAA y presidente del Estado Luis Arce C., disposición que llama la atención porque Bolivia a través de la diplomacia establece relaciones internacionales con los Estados en los ámbitos político, económico, comercial, jurídico, “militar”, geopolítico y geoestratégico. Para ello cuenta con aproximadamente 34 embajadas (algunas concurrentes en otro país) y 3 misiones permanentes; también conforma temporalmente misiones diplomáticas para tareas de resolución de conflictos, acuerdos, tratados, asuntos legales, negociación, arbitrajes y otras necesidades de Estado.
Las FFAA para responder a esa política de Estado destina en misión diplomática cada dos años a sus representantes para cumplir funciones de Agregado Militar (Defensa) y Adjunto; rigiéndose por el artículo 100 de la ley 1.405, acorde al grado y a la antigüedad en cada promoción. La responsabilidad que la patria delega a las FFAA, en el servicio exterior, trata del intercambio de asuntos de orden estratégico para fortalecer la seguridad y defensa del Estado boliviano, aspectos que en el plano internacional se establecen entre “pares”; por dos razones: una por el lenguaje técnico y otra por mandato de sus gobiernos. Este sorpresivo repliegue es un contrasentido por el enorme gasto que ocasiona al erario nacional. Es un contrasentido y preocupante por la forma de encarar las relaciones internacionales porque responde al plano político-partidista por encima de las políticas de Estado. El capitán general de las FFAA demuestra una detestable conducta política arraigada en sus estatutos ideológicos, de sometimiento, atropello e intentos de dominar a personas uniformadas al servicio del país, dañando derechos y prestigios, así como sentimientos de dignidad profesional. Esta arrogancia y brutalidad política no responde a un error intelectual, responde a la agenda populista internacional. No es raro que tal extremo sea para solapar debilidades ante la decadencia política.
¿Cuándo se podría justificar el repliegue inmediato de todo el personal militar del servicio diplomático? 1. Ante la ruptura de relaciones diplomáticas con un importante organismo internacional. 2. ante un inminente conflicto interno o internacional que ponga en riesgo la pervivencia del Estado. El Comando en Jefe de las FFAA debe reclamar por este abuso de autoridad y frenar la transgresión de los derechos humanos; y debe hacerlo por la dignidad del uniforme que visten, por lealtad profesional y solidaridad con sus camaradas, ante un ultraje frecuente al personal y a la institución. Los militares están pasando por pruebas muy duras ante el envilecimiento del actual gobierno, pero si esas tendencias deplorables de hostilidad persisten, tengan presente los actuales gobernantes que no deben pensar en tener una segura colaboración ante cualquier emergencia, eso lo saben muchos de los exministros de Evo Morales, quienes con llanto clamaban auxilio en los recintos militares. Si las ofensivas políticas en contra de la sociedad, en contra de los dirigentes opositores y en contra de las FFAA se llegaran a endurecer aún más, las rebeldías que excitan en un alma altiva, son difíciles de contener.
Es tiempo todavía de corregir malos procedimientos y encarrilar en la buena vía el destino de las instituciones, de los ciudadanos y del país en su conjunto.
El autor es Abogado-Cnel. (sp), profesor
universitario.