lunes, diciembre 23, 2024
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Estudio del Banco Mundial sugiere cinco tareas para la informalidad

El estudio titulado “La larga sombra de la informalidad: Desafíos y políticas” (The Long Shadow of Informality: Challenges and Policies) ofrece cinco recomendaciones generales a los responsables de la formulación de políticas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), entre ellas está mejorar el acceso a la educación, los mercados y el financiamiento para que los trabajadores y las empresas sean suficientemente productivos como para pasarse al sector formal, y que cada país pueda formular políticas acorde a su realidad.
El estudio del Banco Mundial recomienda que se debe adoptar un enfoque integral, ya que la informalidad es reflejo de un subdesarrollo generalizado y no puede abordarse de forma aislada; en segundo lugar, adaptar las medidas a las circunstancias de cada país, dado que las causas de la informalidad varían considerablemente; en tercer lugar, mejorar el acceso a la educación, los mercados y el financiamiento para que los trabajadores y las empresas informales puedan ser lo suficientemente productivos como para pasarse al sector formal; en cuarto lugar, mejorar la gobernanza y el clima para los negocios, de manera que el sector formal pueda prosperar; y, en quinto lugar, simplificar la normativa fiscal para reducir el costo de operar formalmente y aumentar el costo de operar informalmente.
El estudio, titulado La larga sombra de la informalidad: Desafíos y políticas (The Long Shadow of Informality: Challenges and Policies), es el primer análisis exhaustivo del Banco Mundial en el que se examina el alcance de la informalidad y sus implicaciones para una recuperación económica que apoye un desarrollo ecológico, resiliente e inclusivo a largo plazo.
En él se concluye que en los países emergentes la informalidad representa más del 70 % del empleo total y casi un tercio del Producto Interno Bruto (PIB). La magnitud de esta situación reduce la capacidad de estos países de movilizar los recursos fiscales necesarios para apuntalar la economía durante una crisis, llevar a cabo políticas macroeconómicas eficaces y generar capital humano para el desarrollo a largo plazo, señala una nota de prensa de la entidad internacional.
De acuerdo con declaraciones de empresarios y economistas, en Bolivia la informalidad casi está por el 80 %, debido a que cuando se habla de aumento salarial, solo beneficia a un sector de la población, que llega a 20 %, y la pandemia empujó a empresas y trabajadores a salir de la formalidad por los costos operativos.
Existieron planteamientos para que se flexibilicen las normas tributarias así como implementar incentivos para que la informalidad se reduzca, y que haya más empresas en el lado formal.
La pandemia provocó cierre de empresas y despidos, que aún no se recuperan, y empujó a gran parte de la población a dedicarse al comercio informal, y una muestra de ello es el crecimiento de ferias barriales.
Según un nuevo estudio del Grupo Banco Mundial, un porcentaje sorprendentemente elevado de trabajadores y empresas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED) opera fuera del campo visual de los Gobiernos, lo que supone un desafío que probablemente frenará la recuperación de estas economías, a menos que los Gobiernos adopten un conjunto integral de políticas que permitan abordar los problemas de la economía informal.
En las economías que registran un alto grado de informalidad, los recursos públicos para combatir las recesiones profundas y apoyar la recuperación posterior son más limitados que en otras economías. En las EMED donde los niveles de informalidad son superiores a la media, los ingresos públicos representaron, en total, aproximadamente el 20 % del PIB, entre 5 y 12 puntos porcentuales por debajo del nivel de otras EMED. El gasto público también se redujo hasta en 10 puntos porcentuales del PIB. Asimismo, la capacidad de los bancos centrales para apoyar a las economías se ve limitada por los sistemas financieros subdesarrollados asociados a la informalidad generalizada, apunta la nota.
“Los trabajadores informales son predominantemente mujeres y jóvenes poco calificados. En medio de la crisis provocada por la Covid-19, a menudo quedan rezagados y tienen un acceso limitado a las redes de seguridad social cuando pierden el empleo o sufren graves pérdidas de ingresos”, señaló Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial.
“Este análisis contribuirá a llenar las lagunas de conocimiento en un ámbito poco estudiado y a que las autoridades sigan adoptando medidas para combatir la informalidad, lo que será imprescindible en el futuro para lograr un desarrollo ecológico, resiliente e inclusivo”, reflexionó.

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