La pandemia obliga a redoblar cuidados

Por más esfuerzos que se hace para convencer a quienes son renuentes a las vacunas, todo señala que no hay modo de convencerlos y, por el contrario, incitan a mucha gente a desconfiar y evitar vacunarse. Lo grave es que muchas personas toman en cuenta la irresponsabilidad y se unen al ejército de renuentes a todo cuidado. Ello implica que la población consciente multiplique sus cuidados, especialmente a nivel de niños y ancianos. Lamentablemente, esa renuencia caló hondo en la conciencia de algunas personas, que rehúyen cuidados y vuelven a su vida normal; sin embargo, las experiencias señalan la presencia de más casos y muertes; hay pueblos en los que no asomaba el virus y hoy enfrentan su presencia, que no tardará en causar víctimas.
Estudios científicos han informado que la epidemia tendrá mayor fuerza en las próximas semanas, causando más víctimas y muertes. El problema adquiere mayor contundencia con el transcurrir de los días y obliga a redoblar cuidados. Ante la posición de renuentes que, con seguridad, significan potenciales transmisores, la población se pregunta: ¿Qué hacer? ¿Cómo vencer la terquedad y la falta de solidaridad, cuyos efectos no tardarán mucho en presentarse?
Hay países que han dispuesto sanciones para quienes no se vacunen y sufren multas y hasta encierros carcelarios; pero, ¿resultarán convincentes las sanciones adoptadas? El problema angustia y preocupa a la comunidad, especialmente cuando son niños y ancianos los que sufren las consecuencias.
El dilema que se plantea es grave y hasta adquiere connotaciones políticas porque se sostiene que se atropella los derechos humanos al obligar a la vacunación “que debería ser voluntaria”, según sostienen los incrédulos y contrarios a los cuidados. De ser así, que todo esté sujeto a la voluntad de las personas y no haya orden ni planificación alguna para englobar a todos, ¿qué se hace ante un redoble de casos y muertes?, ¿cómo responderán las autoridades ante reclamos que surjan? ¿Será necesario que la cantidad de víctimas se triplique para que los renuentes irresponsables cambien sus negativas y se sometan a las vacunaciones?
Está comprobado que la pandemia no disminuirá y aumentará su contundencia. Ante ello, solamente restan cuidados y previsiones para enfrentar lo que parece imparable. Solo depende de que la población tenga conciencia de que vivimos un tiempo en que el coronavirus posee extrema contundencia y que es acrecentada por la conducta del ser humano. De ser otros los procedimientos y hubiese solidaridad con el prójimo, distinta sería la situación y casos y muertes habrían disminuido con la misma radicalidad con que el virus se presenta y ataca.