Cuentos del cazador de sombras, cinta que marca el regreso a las pantallas del carismático Jackie Chan, es un largometraje dirigida por Jia Yan, más allá de contarnos una historia universal, el amor entre dos seres de distinta naturaleza; algunas peleas bastante entretenidas y un trabajo más que aceptable en cuanto a vestuario y CGI, no logra conectar con el espectador no familiarizado con las leyendas orientales, pero sí con el público infantil deseoso de guerreros, mezcla entre live action y animación.
La trama nos sitúa en la China feudal, donde los guerreros rescataban doncellas y los espíritus estaban aún más cerca que ahora. El protagonista es Pu Songling, cazador de demonios, interpretado por Jackie Chan, que termina con un aprendiz algo torpe que al no lograr resolver el caso de unas jóvenes desaparecidas es degradado de su cargo en la policía; juntos, comienzan a exorcizar y capturar espíritus que, siguiendo con el carácter travieso que la cultura china les confiere, hacen maldades a los vivos.
En su búsqueda, conocen a un guerrero que parece involucrado afectivamente con uno de los espíritus secuestradores de doncellas, relatándoles que no todo es lo que parece y dando pie a una pelea mágica, donde todos los presentes hacen gala de sus mejores hechizos y pasos de combate; sólo para dar una vuelta de tuerca a lo que parecía ser el final de la cinta y la travesía.
A pesar de comenzar lento y a veces hasta aburrido, perdiendo demasiados minutos en presentarnos a Pu, el ritmo mejora al tiempo que la historia de los espíritus malvados es contada, así como sus nexos con el nuevo compañero de aventuras del cazador. Además, la fotografía no hace más que exaltar los bellos rasgos de la protagonista utilizando tonos vibrantes en un fondo oscuro para los “malos” y cálidos para los “buenos”.
En cuanto a la actuación de Jackie Chan, lo cierto es que pasa desapercibido, no por su interpretación sino, quizás, por lo poco trabajado que está el personaje dentro de la historia, dejándolo más como un narrador –como el título lo indica− que, si bien participa directamente en la narrativa, no logra ganarse la simpatía del público al estar rodeado de seres más divertidos e interesantes.
El cine chino de fantasía tiene un sello característico que más allá de los rasgos faciales o el idioma logran distinguir a sus largometrajes del resto. Una mezcla entre su colorimetría que favorece no sólo a sus protagonistas sino también a sus paisajes para dar como resultado fotografías cálidas, e historias fantásticas que engloban sus deidades y dan un espectáculo cultural de usos y costumbres que captan la curiosidad del espectador.
CUENTOS DEL CAZADOR DE SOMBRAS
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