El periódico español El País ha publicado hace pocos días un artículo relativo a un nuevo diseño de la política china para su economía, escrito por Mark Leonard, Director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, y que, dada su importancia, creemos que debe ser de conocimiento general.
Dicho documento comienza indicando que hace unos meses las autoridades chinas convocaron a empresarios de compañías extranjeras que operan en el país para exponerles una nueva estrategia económica diseñada por el presidente Xi Jinping, la misma que, según criterio del autor, producirá un segundo impacto mundial, dado que el primero se produjo en 2001, cuando China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), produciendo una gran conmoción en ese sector; el éxito del país con esa estrategia se comprueba en la actualidad por el crecimiento exponencial que tuvo su comercio internacional y la remoción que ello produjo en las principales economías occidentales.
En dicho conversatorio, se comunicó que el deseo es implantar en el país una economía dual, vale decir en dos campos, por una parte, un sector productivo relacionado con el mundo y el otro de carácter interno, pero con creciente protagonismo. El interés del gobierno está dirigido a sectores como la inteligencia artificial, los semiconductores, las baterías y los vehículos eléctricos, apuntando a una mayor integración de componentes nacionales, con metas que son 40% al 2020 y 70% al 2025. La intención implícita es que las empresas chinas reemplacen a las extranjeras o que las extranjeras vayan adquiriendo la nacionalidad china. Según aprecia el autor del artículo, la puesta en práctica de este planteamiento podrá llevarse para abajo muchos puestos de trabajos tecnológicos y de servicios de los países occidentales.
Pero esa no es la única intención, sino que el deseo más latente es hacer valer o predominar en la economía mundial, es decir, si antes China debía amoldarse a normativas comercial, financiera y de propiedad intelectual de occidente, ahora la intención es hacer valer sus propias normas. Se indica, asimismo que, para ello, China está inmersa en organizaciones tan importantes como la Unión Internacional de Comunicaciones (ITU), la Organización Internacional de Normalización (ISO) y la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) (abreviaturas del inglés) y cuenta con empresas que tratan de definir el dominio mundial de su sector como Huawei, que cuenta con más de cien mil patentes internacionales activas, particularmente en tecnología 5G, en competencia con firmas importantes del ámbito europeo o norteamericano.
El artículo continúa comentando que, con su iniciativa de la “Nueva Ruta de la Seda”, China ha desarrollado lazos económicos con más de cien países y no vacilará en aprovechar a éstos para exportar sus propias normas comerciales y económicas, junto con su modelo de capitalismo de estado con subsidios estatales. Por lo que, una de las conclusiones del informe es que, las empresas occidentales pronto encontrarán en otros mercados las mismas dificultades que tienen para competir en el mercado chino.
Otro aspecto que trata artículo es el hecho de que se obligará a empresas occidentales a adquirir características propias chinas para poder seguir disfrutando de un súper mercado como es el chino, por lo que deberán llevar allí servicios, tercerización de componentes nacionales, investigación y desarrollo (ID) para nuevos productos, etc., por lo que es posible que su economía dual tarde o temprano tenga la oportunidad de convertirlas en empresas chinas.
Algo que también es importante comentar en este informe, es otro artículo, aparecido en el último número del boletín “Diálogo Político de la fundación Konrad Adenauer”, en el mismo se señala que la influencia china post pandemia se incrementará notablemente, ello es así porque la producción de vacunas chinas ha sido superior a trecientos millones de dosis, equivalente a uno y medio las producidas por Estados Unidos y más del doble de las de la Unión Europea. Asimismo, que China ha aprovechado la diplomacia de las vacunas para fortalecer su imagen como una potencia global confiable, ya que dichas vacunas han sido una garantía de acceso en la mayoría de los países pobres, por lo que se desprende que ello también influirá positivamente a favor de China en el concierto internacional una vez que se pueda controlar dicha pandemia.
La conclusión final del informe de Mark Leonard es que en occidente se requiere respuestas diferentes a la estrategia china y para ello los gobiernos y las empresas occidentales deben implementar políticas industriales y de inversión que alienten la innovación y protejan la propiedad intelectual. Por otra parte, que las empresas importantes tengan acceso a economías de escala con normas de privacidad, protección de datos, impuestos selectivos, créditos y regulaciones para paquetes de inversión que faciliten la ID y fortalezcan la economía global.
Resulta paradójico comparar estas recomendaciones con las que la CEPAL otorgaba a los países latinoamericanos en los años setenta para que se integren económicamente, de tal modo que gocen de un mercado ampliado, ganen producciones con economías de escala, alienten la ID y compitan sustituyendo importaciones.
Ing. Edgar D. Ergueta Ávila, Consultor internacional.