Nuestra invitada del día en Cvltvral nació y reside en la ciudad de Sucre y es una de las mejores pianistas que nuestro país ha podido evidenciar. Aprendió a tocar el piano con escasos cuatro años y a sus nueve ya realizaba recitales. Realizó sus estudios en el Conservatorio Dramático y Musical de Sao Paulo y en el Instituto Santa Elvira en Santiago de Chile, para posteriormente ingresar en la Escuela de Maestros de Sucre para convertirse en maestra de música, una profesión que siempre le ha causado enorme dicha. Tiene el mérito de haber elaborado un libro, separado en dos tomos, sobre una exhaustiva investigación denominado “Estudios de la Música Boliviana”, el cual se encuentra ya registrado en la biblioteca de Nueva York. Aquí conocemos más sobre esta gran investigadora y pianista nuestra.
¿Quién es María Antonieta?
Soy una profesora de música que he dedicado muchos años de sueños y estudio para convertirme en una pianista y poder interpretar las partituras originales que nos han dejado como una herencia invaluable los compositores bolivianos. Mi formación como todo estudioso del piano preparándome para interpretar la música de los compositores universales utilizando los conocimientos necesarios.
¿Cómo nace este amor irremediable con la música?
Vivo en este momento en el lugar donde nací y crecí, en una familia que me dio su amor, la educación y durante 16 años estudié piano con el profesor Juan Manuel Thorrez Rojas. Como en todos los hogares hay buenas épocas y otras no tan buenas pero mis padres no permitieron, ni siquiera temporalmente, que suspendiera las clases de piano que eran dos veces por semana.
¿Tu primer amor musical fue el piano?
La inspiración la encontré en mi familia. Mi madre, Carmen Gómez Bottani, tocaba muy bien el piano además era quien se sentaba cerca para controlar la preparación de las lecciones que tenía que estudiar. El piano que estaba en la casa de mi abuelita era el que utilizaba.
A los 8 años mis padres me regalaron el piano que me acompaña siempre ahí. Tengo que agradecer a mi esposo, el Dr. Carlos Pacheco Tapia, que hizo que ese piano siempre estuviera cerca.
¿La música libera el espíritu?
Un instrumento musical es un recurso que tenemos los humanos; nos ayudará a expresar nuestras emociones y comunicarnos imitando las melodías que nos regala la naturaleza. Escuchar hermosa música nos transporta a otras dimensiones y siempre será una terapia. Es una profesión de mucha ayuda.
¿Dónde diste tu primer concierto oficial como protagonista?
El primer recital fue en el Teatro 3 de Febrero en Sucre, yo tenía 9 años. Fue un recital con música de los compositores universales; era un teatro con una acústica envidiable y un piano de media cola de color café marca “Berstein”. A ese teatro le llegó la modernización y ahora es irreconocible. La pena es que, poco a poco, con las remodelaciones, fue otra víctima de esta época.
¿Cuál dirías que es tu mayor aporte a la música universal?
Mis estudios, mis recitales, el rescate para la investigación que me propuse fue que este patrimonio musical no se pierda, que esta herencia que la recibimos sea un ejemplo con la honestidad que manejé cada tema muchas partituras que las encontré como papeles perdidos y maltratados por el tiempo y por las personas que los tenían. Los datos biográficos de los compositores contados por personas que los habían conocido se convierten en documentos irremplazables. Todo este patrimonio sin ninguna protección del país, lamentablemente hay un desconocimiento absoluto de nuestros compositores bolivianos que escribieron su música para piano a pesar de las instituciones pertinentes; ellos tienen esa obligación de protegernos. Mis sueños se realizaron al poder, mediante los libros de mi autoría, ingresar a universidades de Nueva York para exponer el contenido de investigación musical nacional, y con una invitación hecha a mi persona, ingresaran nuestros compositores bolivianos académicos a la Biblioteca Pública de Nueva York, acompañados de intelectuales sobresalientes.
¿Qué es lo más satisfactorio en todos estos años de carrera?
Todos los esfuerzos que realicé para que mis libros fueran incluidos en los espacios académicos de mi país y fueron respaldados por el Rector de la Universidad Simón Bolívar y su fundador Dr. Julio Garrett Ayllón, que fue vicepresidente del país; el periodista Jorge Suárez que en su momento fue director del periódico Correo del Sur; Armando Alba, fundador y director de la Casa de la Moneda de Potosí; el Director del Periódico “Presencia”, Wilson Mendieta y años más tarde director de la Casa de la Moneda de Potosí y también Cónsul de Bolivia en Salta.
Agradezco este espacio que me vuelve a ofrecer el Decano del periodismo, El Diario, para poder expresarme y poder presentarles a los periodistas de mi país que me apoyaron en forma incondicional para seguir en este emprendimiento, dándome las fuerzas y no desanimarme. A todas las autoridades que me han acompañado en este recorrido honrándome con su respaldo; mi profundo agradecimiento.
Me place enormemente el reconocimiento mundial de los volúmenes I y II del libro “Estudios de la Música Boliviana” y su ingreso a la biblioteca de Nueva York para lograr que los compositores bolivianos académicos estén protegidos a todo nivel, en el mundo entero, gracias a estos libros de mi autoría.
¿Cuál consideras tu mayor aporte a la renombrada película nacional “Sirena”?
En este momento en nuestro país no todo está perdido, surgen los intelectuales serios y responsables con ideas y actividades muy interesantes gracias a ellos empiezo a conocer, espacios diferentes para mí y me hacen ver y volver a actualizarme; la vida siempre está en su recorrido llena de desafíos y sorpresas y escuchar la música del maestro Simeón Roncal en el cine, con ese sonido envolvente con una acústica calculada, esta bella música compuesta en Bolivia me da muchísima satisfacción al interpretarla y escucharla en la pantalla grande, me siento profundamente agradecida a los hermanos Piñeiro por semejante oportunidad en la película “Sirena”.
Estimado periodista y amigo Álvaro, infinitas gracias por este espacio tan importante para compartir algunos recuerdos y experiencias de los bolivianos que tratamos, con nuestro granito de arena, ser un aporte para las nuevas generaciones.
