La Habana.- Los elevados precios internacionales de los alimentos, el transporte marítimo y la baja producción están recortando aún más la capacidad de Cuba, un país que depende de las importaciones, para alimentar a la población.
Cuba tradicionalmente importa por mar alrededor del 70% de los alimentos que consume, pero las duras sanciones debido al embargo de Estados Unidos y la pandemia, que han destruido el turismo, han diezmado sus ingresos en divisas.
Desde hace más de un año que los cubanos forman largas filas en busca de todo, desde leche, mantequilla, pollo y frijoles hasta arroz, pasta, así como aceite de cocina.
El gobierno cubano anunció este mes que la disponibilidad de harina se redujo un 30% hasta julio.
Diorgys Hernández, director general del Ministerio de Procesamiento de Alimentos, dijo que se debía a «los costos financieros involucrados en los envíos de trigo al país».
«La gente come mucho pan y existe preocupación de que haya escasez de pan, porque eso es lo que más se come», dijo Clara Díaz Delgado, una jubilada habanera y sobreviviente de cáncer, mientras esperaba en una fila para comprar alimentos.
Cuba no cultiva trigo debido al clima subtropical, cuyo precio fue de 280 dólares por tonelada en abril, en comparación con 220 dólares en abril de 2020.
El país caribeño tendrá problemas para compensar una escasez de azúcar del 30% menor a lo previsto, ya que los precios internacionales son alrededor de un 70% más alto que hace un año.
Además, el costo del envío internacional de contenedores aumentó hasta un 50% durante el último año y el flete a granel más.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura informó que su índice internacional de precios de los alimentos subió un 30,8% hasta abril, respecto del mismo mes del año pasado y el más alto desde mayo de 2014.
El Estado cubano tiene el monopolio del comercio exterior y compra alrededor del 15% de los alimentos que importa de Estados Unidos mediante pagos en efectivo luego de una excepción al embargo comercial del año 2000.
John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, dijo que las ventas cayeron un 36,6% el año pasado a 163,4 millones de dólares, en comparación con 2019. Y se recuperaron en el primer trimestre, alcanzando los 69,6 millones de dólares, aunque representó menos comida debido a precios más elevados.
«La recuperación de la demanda mundial, el aumento de los precios de los insumos de productos y la escasez de mano de obra sugieren que los precios de las materias primas no disminuirán pronto», dijo Kavulich.
La economía cubana disminuyó un 11% el año pasado y, según economistas locales, se contrajo aún más durante el primer trimestre de 2021, ya que un aumento debido a la pandemia del nuevo coronavirus mantuvo cerrado el turismo y gran parte del país parcialmente bloqueado.
El Gobierno informó que las ganancias en divisas fueron solo el 55% de las planeadas en 2020, mientras que las importaciones cayeron entre 30% y 40%.
Mientras que el tráfico de contenedores entrantes se redujo un 20% hasta abril, en comparación con el año pasado, según una fuente con acceso a los datos y que solicitó el anonimato.
El Gobierno no ha publicado estadísticas para el sector agrícola notablemente ineficiente y rústico desde 2019, aunque informes provinciales sobre cultivos y ganado indican disminuciones sustanciales del arroz, los frijoles, la carne de cerdo, los lácteos y otros alimentos.
Un experto local, que solicitó mantener el anonimato, dijo que la producción se redujo en dos dígitos debido a la falta de combustible, fertilizantes y pesticidas importados. (Reuters)