No tenemos el honor de conocerla personalmente, pero desde que fue nombrada la segunda mujer Presidenta Constitucional de Bolivia, el destino de doña Jeanine Áñez se fijó en nuestra memoria como la dama que entró a Palacio por la puerta ancha, y por esa misma salió de él.
Una mujer, que al igual que doña Lidia Gueiler Tejada, la segunda en conquistar ese alto solio presidencial en Latinoamérica, colocaron a Bolivia en el Podio más alto de la historia política nacional e internacional. Sin embargo, a ésta no se le rindió ningún homenaje ni con el nombre de una plazuela y, por el contrario, se la condenó al más abyecto olvido, prefiriendo ofrendar tributos y erigir estatuas al Che Guevara, un enfermero sicópata que vino a Bolivia para asesinar a más de 54 inocentes compatriotas.
En el caso de la expresidenta Jeanine Áñez, su arbitraria, como ilegal detención continúa, ante la insensible indiferencia de los bolivianos que hemos bajado el testuz frente a un gobierno rencoroso, una justicia venal, y ante la total indolencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, instancias donde se supone se substanciarían las causas en contra de la exmandataria.
Desde hace 21 años, la evidente funcionalidad de la justicia a los gobiernos de turno ha adquirido las características del Girasol, esa flor que gracias a su virtud heliotrópica, gira según la posición del sol, mientras la planta todavía es joven; pues cuando madura o envejece ya no lo hace y/o, como muchos exfuncionarios, busca una embajada o un nuevo favorecedor para disfrutar lo absorbido y juntos seguir chupando.
Una muestra palpable de lo arriba señalado, son los casos de terrorismo por los que se mantiene presa a la exmandataria, pues de acuerdo con esta tipificación, recordamos que, en los últimos tres gobiernos, los utilizaron en su afán de asfixiar con esas causas penales a sus adversarios, ya sea adelantándolas o archivándolas, sólo con el objeto de satisfacer al poder político circunstancial.
El propio diputado del MAS, Daniel Rojas, miembro de la Comisión de Justicia Plural, Ministerio Público y Defensa Legal del Estado, acaba de señalar a la ANF: “La Justicia en estos últimos tres años ha funcionado a prepago y eso hemos podido ver, está a funcionalidad al gobierno de turno, no han hecho respetar lo que ellos juran cuando son posesionados: impartir justicia. Durante el régimen de Añez hemos visto de qué lado ha estado el Ministerio Público, los jueces, persiguiendo a compañeros”, refirió.
Finalmente, era de esperarse que la tercera ola masista iba a ser más letal y aún más terrorífica que las anteriores. La del Covid19 ataca hasta a los niños, ésta otra ataca a las mujeres y a las madres, justamente en el mes de la santísima Virgen María, de allí que este día 27 de mayo, sólo esperamos un infeliz día de la madre.