domingo, diciembre 22, 2024
InicioSeccionesEditorialNegativas para recibir vacunas

Negativas para recibir vacunas

Es extraña la conducta de algunas personas que, hasta hace dos meses, reclamaban por las vacunas y amenazaban con actitudes extremas y hoy, cuando hay posibilidad de recibir la primera dosis de la vacuna, alegan tener miedo por alguna reacción contraria que, se dice, hubo en algún país. Los científicos informaron que, en un grupo de siete millones de personas, hubo seis reacciones o rechazos a la vacuna recibida y ello signifique menos de una persona por millón de pacientes. Tener miedo por estos simples casos muestra no solo ignorancia sino deseo de boicotear el uso de vacunas. Eso es irresponsable, ajeno al principio de solidaridad y contrario a las previsiones que se debe guardar para evitar el virus. Se conviene en que toda vacuna y todo medicamento, a poco de su uso, confronta dificultades, que se presentan reacciones en algunas personas porque no todas tienen las mismas condiciones biológicas; pero, que haga daño a todos, es absurdo, puesto que una simple aspirineta puede producir reacciones en una persona, contra un millón que la aceptan sin peligro ni riesgo alguno.

Quienes rechazan la vacunación cometen el peor desatino de su vida porque está comprobado que la vacuna previene y evita el contagio y, si hay alguna excepción, no debe causar alarma alguna. Colocadas dos dosis, aseguran los entendidos, bien se puede asegurar alguna inmunidad a los contagios, aunque ello no implica que no surjan excepciones. El rechazo significa complicar a miembros de la misma familia que, contagiada por el miedo, también se niega y así surge una cadena opositora que puede ocasionar contagios masivos. Nuestro país, conjuntamente los demás del mundo, ha esperado pacientemente por las vacunas; hoy que han surgido varias y comprobado, además, no ser peligrosas –salvo alguna excepción salvable– no es justo condenar a las demás tan solo por falsos temores o susceptibilidades contrarias al bien común, al sentir en conciencia la urgencia y necesidad de las vacunas.

Quienes rechazan ser vacunados deben munirse de más información y llegarán a la conclusión de que son falsos sus temores. No se debe albergar la presunción de “creer ser uno en un millón que resulte víctima de una excepción”. Es preciso que toda la población tenga conciencia de que la vacunación es absolutamente necesaria y cualquier daño que se haya producido en alguna persona es excepcional y no implica algo general.

Es urgente que el gobierno, conjuntamente medios de comunicación, despejen temores e inciten a las personas a la vacunación; de otro modo, habrá que esperar contagios masivos que luego, muy luego, asuman proporciones muy grandes. Es importante, además, no ser transmisores del rumor a los niños y jóvenes que normalmente son proclives a recibir informaciones no acordes con la verdad y ser propaladores de lo que no es.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES