La ciudad de La Paz presenta variabilidad en precipitaciones de lluvias y altas temperaturas, según el “Índice de Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático en la ciudad de La Paz”, cuyo estudio fue entregado por el representante de CAF en Bolivia, Florentino Fernández, al nuevo alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (Gamlp), Iván Arias.
El trabajo consistió en la identificación y priorización de medidas de adaptación frente al cambio climático en el municipio de La Paz, a partir de la evaluación del índice de vulnerabilidad proyectado, en relación con el efecto del cambio climático.
Las amenazas climáticas priorizadas fueron Inundación, Escasez de recurso hídrico, Deslizamiento y Eventos extremos por altas temperaturas. Según el análisis de CAF, las intervenciones de previsión requeridas implicarían una inversión de 120 millones de dólares.
En ese marco, sostiene que los resultados observados evidenciaron una elevada variabilidad de la precipitación y de la temperatura en el área estudiada. Luego, a partir del análisis, se procedió a clasificar las zonas según su grado de urgencia.
Hubert Mazurek, director de Investigación del IRE (Institut de Recherche pour le Developpement), una de las entidades detrás del proyecto, se encargó explicar el proceso, y agradeció a CAF y a la Alcaldía por su apoyo.
Zonas
Algunas localidades, como Norte Plan Autopista y Norte Periférica, fueron identificadas como zonas de alto riesgo, combinando una fuerte exposición con vulnerabilidad física y social.
Otras se denominan zonas de exposición y de vulnerabilidad, como la parte sur de Cotahuma, desde el Mirador de Luis Siles hasta El Alto. Asimismo, son especialmente sensibles a deslizamientos los tres corredores de los ríos Choqueyapu, Irpavi, Achumani y Huaña Jahuira. Finalmente, hay zonas altamente expuestas ante todas las amenazas detectadas, como la parte noreste de Cotahuma (Sopocachi, San Pedro, Tembladerani) y la parte sur de Max Paredes.
Por otra parte, está prevista una drástica disminución de la disponibilidad de recursos hídricos en las cuencas que abastecen a la ciudad. Lastimosamente, el riesgo constante de deslizamientos solo se incrementará, particularmente en las laderas oeste. Así también, los eventos extremos de temperaturas altas serán más notorios, sobre todo en la parte noroeste de la ciudad.
Una nueva alianza
El encuentro sirvió para ratificar el buen clima de trabajo que existe entre el flamante Alcalde de la Sede de Gobierno y el nuevo represente de CAF– Banco de Desarrollo de América Latina-, Florentino Fernández. El burgomaestre agradeció a CAF, el IRE y a los otros organismos responsables del proyecto, reiterando su compromiso de trabajar codo a codo con el organismo internacional.
Por su lado, Fernández reafirmó el compromiso de CAF con el desarrollo sostenible de la cuidad. “Llegamos recién al país y vemos que esta es una ciudad muy bella con gente muy amable. La CAF está en la mejor disposición de colaborar y estamos viendo cómo podemos apoyar para que mejoren las condiciones de vida de la población”, aseguró Fernández,”, quien asumió funciones el pasado mes de abril
Según recordó Mazurek, el estudio fue posible gracias a un proceso participativo, asegurando que es necesario pensar el cambio climático de manera inclusiva, con la colaboración de actores extra institucionales, si se quiere construir una verdadera institucionalidad climática.
Buscando soluciones
A partir del análisis del estudio, se realizó un Plan de Adaptación al Cambio Climático que fue diseñado en base a los resultados del índice de vulnerabilidad, presentando recomendaciones y lineamientos de actuación para reducir el riesgo ante una de las amenazas detectadas. Los objetivos fueron delineados según tres programas: Adaptación basada en ecosistemas, Gestión integral del ciclo del agua, Fortalecimiento de capacidades, información y gobernanza.
Dentro del programa de Adaptación, existen tres sub-programas a ser implementados. El primero, “La Paz, Ciudad Verde De Altura”, se basa en campañas de reforestación y arborización. Asimismo, se ha trazado un plan de conservación integral del patrimonio ecológico de Zongo y de los ecosistemas altoandinos frágiles. El tercer sub-programa consiste en un plan para la conservación de los bofedales de la Cordillera Real.