A los múltiples problemas que se enfrenta la población boliviana sobrellevando la pandemia por el coronavirus, se ha agregado en estos días la información sobre que un ex ministro de gobierno fue apresado en los Estados Unidos, posiblemente acusado de haber cometido delitos, vulnerando leyes del país del norte. En el país se dice de todo y se especula con una u otra suposición o criterio. La colectividad se encuentra azorada por las diversas versiones y las especulaciones son confusas y ninguna que convenza sobre comportamientos de ex ministros del régimen de la Dra. Jeanine Áñez.
Entretanto, ni el público de los Estados Unidos ni el de Bolivia sacarán conclusiones al respecto, puesto que lo que corresponde es que los tribunales de ambos países digan su palabra, luego de los análisis y estudios que hagan del problema; entretanto, lo conveniente es evitar especulaciones que muestran medias verdades o falsedades según el buen o mal entender de las personas. Si son encontrados delitos verificables en la conducta del ex funcionario boliviano, son los fiscales de ambos países los que dirán qué procedimientos serán desarrollados y, si luego de los diversos trámites judiciales que se lleven a cabo existen conclusiones, que sean las leyes las que determinen los procedimientos a seguir. De otro modo, especular, suponer, calcular o considerar posibles delitos o inocencias, deben ser solo efecto de las investigaciones y conclusiones, lo demás, serán demasías alejadas de la verdad y que no pueden ser consideradas verídicas o falsas, salvo deducir que se deben a intereses y conveniencias creados.
Los tribunales de justicia –con aportes de resultados que surjan de investigaciones claras, precisas y responsables– son los que determinan los caminos a seguir, conforme a legislación vigente. No se debe olvidar que el caso muestra implicaciones políticas que podrían tener diversas variantes que oscilen entre verdades y falsedades. Son, pues, los tribunales de justicia los únicos que pueden arribar a conclusiones serias y ciertas. No lo que diga una colectividad que desconoce los pormenores de las causas que dieron lugar a la detención del ex ministro. Igualmente, no corresponde hacer cábalas sobre procesos de extradición por parte de Bolivia, hay que pensar que obedecen a la “necesidad de hacer justicia” –aunque en el país del norte se sostiene que las mismas razones impelen a la justicia a llegar a conclusiones–.
En cualquier circunstancia, el caso debe ser tratado con prudencia, tino y mesura, sin precipitaciones ni trabas que vayan en perjuicio de las investigaciones. Es necesario evitar interferencias a la justicia, que es la que concluirá con lo que corresponda, conforme a las leyes.
La justicia debe actuar conforme a las leyes
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