Comercio informal requiere soluciones

La informalidad en la actividad económica comercial en Bolivia no es un problema nuevo, pero sí se viene agravando en últimos tiempos por diversas causas internas y externas y su futuro no puede ser optimista, porque subsisten las condiciones que la originan y, por tanto, demoran la reactivación de la economía en general.
El problema se ha extendido en el país de manera elefantiásica y al presente se podría decir que existen más pequeños comerciantes que consumidores e inclusive el centro de las ciudades ha sido invadido por pequeños comerciantes que encontraron esa forma de actividad para sobrevivir ante la falta de empleo y otras causales.
Estudios de organismos internacionales y nacionales, al considerar las causas de este problemático aspecto, señalan que su origen está en que fueron cerradas numerosas empresas o están funcionando con menor capacidad de producción y han echado a la calle a cientos de trabajadores, en especial mujeres, por efecto de la pandemia del Covid-19 y otros factores.
Un diagnóstico confirma que la informalidad es reflejo de un desarrollo generalizado y no puede ser abordado en forma aislada y que en las medidas para reducir el problema se debe tener en cuenta las características de cada país, en vista de que esta informalidad varía considerablemente, según los casos.
En Bolivia, la informalidad en el comercio representa más del 80 por ciento del empleo y aporta un tercio del PIB, lo que reduce la capacidad del país para movilizar los recursos físicos necesarios para apuntalar la economía y que la producción empuje a trabajadores y empresas a salir de la formalidad.
Esos aspectos frenan la recuperación de la economía nacional y son motivo de preocupación colectiva, a no ser que el gobierno adopte un conjunto integral de políticas que permitan abordar los numerosos problemas de la economía interna, análisis que contribuirá a llenar la laguna del conocimiento de un medio poco estudiado, de tal forma que se pueda combatir efectivamente la informalidad.
En forma concreta, una de las soluciones para superar la cuestión sería facilitar el acceso a la educación, de tal manera de intensificar la productividad laboral, así como de las empresas. Al mismo tiempo, se debería mejorar la gobernabilidad y el clima para atraer inversiones, de forma que el sector formal pueda prosperar regularmente.