domingo, septiembre 1, 2024
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¿Se podría evaluar la pobreza del pueblo?

Hay propósitos que todos los gobiernos anuncian como intención y programa realizables; pero, del anuncio e intención no se pasa: Se trata de “evaluar y hasta cuantificar la pobreza del pueblo”. Para la población no pasan desapercibidas las condiciones de falencia en que muchas veces se encuentra la nación; pero, queda la promesa e intención de establecer, evaluar y hasta cuantificar ( por lo menos en algunos sectores) en qué grados de pobreza estamos y, tal vez, llegar a alguna conclusión que sea básica para encaminar al país por los rumbos debidos para saber cómo y dónde estamos hasta contar con algunos elementos que nos muestren realidades que casi siempre sospechamos pero no alcanzamos las certezas debidas.
Somos, entre el 60 o 70 % de pobres del mundo, uno que está en severas condiciones y, en casos, de miseria. Se dirá que se exagera, pero baste ver la vera de muchos caminos para encontrar a niños pidiendo un mendrugo de pan o algo que alivie su hambre, niños que no calzan zapato ni tienen cubierto su cuerpo por ropa más o menos que los libre del frío; niños que existen (no viven porque no hay condiciones para ello) solamente al amparo de lo poco que pueden proporcionarles sus padres y, en la mayoría de los casos, la madre porque el padre “viajó para encontrar trabajo y, en casos, abandona definitivamente a los suyos”. Estas realidades son de miles de campesinos, especialmente en las regiones occidentales del país. Los censos muestran poco porque las condiciones en que se realizan son también pobres; entonces, sus datos no reflejan verdades que, de conocerlas, sólo castigarían los corazones y agravarían las condiciones de imposibilidad para corregir situaciones lacerantes que existen en muchos sitios del país.
Los países ricos y desarrollados creen que el mundo de los pobres es debido a que “no quieren ni pueden salir de una especie de marasmo que los reata a su situación y hasta para seguir dependientes de ayudas”. Nada de esto cierto porque, así como hay inteligencia y entendimiento en los habitantes del mundo rico, los hay en los países pobres que tienen gente dotada de condiciones que, con los medios necesarios podrían desarrollar capacidades e incrementar condiciones de inteligencia para salir de la sima en que se encuentran y desmentirían afirmaciones que son denigrantes. La verdad es que la creencia de que las naciones pobres “no tienen capacidad ni voluntad para abandonar su condición de pobreza y hasta miseria”; añaden que si los habitantes de los mundos 3ro. y 4to.quisiesen, podrían cambiar sus vidas y le evitarían al mundo una preocupación que no se justifica.
Frente a estas afirmaciones, hay verdades indiscutibles e irrefutables. Debe y puede comprobarse que hay pobreza porque no se dan ni se crean las condiciones precisas o mínimas que tienen los países ricos y desarrollados para combatir la pobreza: inversiones en educación, cultura, disponibilidad de recursos financieros y tecnológicos, respeto por lo que hacen y producen los pobres y subdesarrollados asegurándoles mercados y debidos precios para lo que pueden ofrecer a los ricos luego de satisfacer las necesidades de sus propios países. Si el consumo de los ricos está garantizado con buenos precios, mercados seguros, anulación de competencias y apoyos financieros y logísticos, puede garantizarse plenamente que el mundo pobre respondería perfectamente no solamente para valerse por sí mismo sino para asegurar cantidades y calidad con destino a la exportación sin causar deterioro alguno en la economía mundial; al contrario, esa producción de bienes y servicios garantizaría la estabilidad de la economía mundial y garantizaría su crecimiento armónico y sostenido.
Es urgente que ricos y pobres tomen conciencia de que los males que atentan contra la paz, las libertades, la justicia y la democracia en el mundo se deben a la pobreza. Combatida y desaparecida como el peor virus (conjuntamente el armamentismo y las guerras) que ataca la humanidad, no habrá mal alguno que se sobreponga a la paz y armonía que deben reinar en todo el planeta.
Como corolario de esta nota, muchos dirán que se trata de ilusiones o fantasías imposibles de tornarse en realidad; pero, ¿Cuántas fantasías e ilusiones muchas generaciones de hombres en muchos siglos no las hicieron realidad y a ello se deben todos los progresos y adelantos de la ciencia, la educación, la tecnología y otros bienes que benefician al ser humano? Si hay voluntad y las virtudes se hacen valores y principios en todos los hombres, ¿por qué no creer que lo planteado puede ser una verdad factible e irrefutable?

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