domingo, julio 7, 2024
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El futuro del proyecto del Mutún

El yacimiento de hierro y manganeso del Cerro Mutún fue descubierto en 1848. La región montañosa del Mutún se encuentra ubicada en el Oriente boliviano en la frontera con Brasil, a 32 Km al sur de la ciudad de Puerto Suárez, ubicada cerca de la Laguna Cáceres y el Canal Tamengo. Limita con el macizo de Urucum, perteneciente al Brasil, que es también un gran yacimiento de hierro, actualmente en explotación.
El Cerro Mutún cuenta con hematita, magnetita, siderita y mineral de manganeso, forman un área de 65 Km2 de colinas de entre 200 y 800 metros de altura.
Desde Puerto Suárez se llega al yacimiento del Mutún por una carretera de 41 Km de longitud, transitable durante todo el año. Puerto Suárez está, a su vez, comunicado con la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, por una carretera de 641 Km. Adicionalmente, en Puerto Suárez existe un aeropuerto internacional. Comibol y Geobol iniciaron estudios destinados a su explotación y hasta 1993 la Empresa Metalúrgica del Oriente (EMEDO), subsidiaria de Comibol, explotó 350.000 Tn de concentrados destinados a metalúrgicas de Paraguay y Argentina.
El primer intento de explotar esta riqueza estaba respaldado por el DS 21.060, que descentralizó las funciones de la Comibol, creando, entre otras empresas subsidiarias, la Empresa Minera del Oriente, con la tarea exclusiva de desarrollar y explotar el yacimiento del Mutún.
El segundo intento ocurrió el 2005, cuando la firma brasileña EBX presentó un proyecto e instaló hornos de fundición en Puerto Suárez. Planeaba utilizar carbón vegetal, proveniente de El Pantanal, y fue rechazado por muchos sectores en Bolivia.
Durante el gobierno de Evo Morales, el 2007, se hizo el tercer intento con la Empresa india Jindal Steel, que se adjudicó la licitación lanzada por el gobierno nacional.
El contrato suscrito entre Jindal y el Gobierno de Bolivia estableció una inversión de 2.100 millones de dólares en los primeros 8 años a partir del año 2010. Se calculaba que los ingresos por concepto de utilidades que recibirá Bolivia sería aproximadamente de 200 millones de dólares anuales a partir del quinto año de ejecución.
Ahora el Gobierno anunció que se reactivó el que podría ser cuarto intento, firmado durante la gestión de Evo Morales con la empresa china Sinosteel.
Hace poco, Ramiro Villavicencio, Ministro de Minería, informó que, tras una negociación de unos dos meses, la empresa china reanudó los trabajos -paralizados en enero de 2020- cuando “estábamos en vísperas de un proceso de arbitraje internacional”.
Este proyecto tiene una inversión de 466 millones de dólares, de los cuales el 80% proviene de un crédito chino.
Se considera que el Mutún es una de las mayores reservas del mundo. Estudios que hizo Mackee en la región sobre el potencial de las reservas mineralógicas, estiman en aproximadamente 40.000 millones de toneladas de hierro y unos 10.000 millones de manganeso.
Para que este proyecto se desarrolle sin más obstáculos, el Gobierno debe llevar a cabo dos acciones fundamentales: por un lado, terminar el saneamiento de toda la tierra comprendida en la siderúrgica. No olvidemos que cuando estaba la empresa india Jindal, éste fue uno de los problemas con que tropezó el Mutún.
El segundo tema es garantizar la provisión de gas natural que necesitará el proyecto. Si la certificación de reservas no permite cubrir tanto la demanda interna de este energético, como los compromisos de venta a Brasil y Argentina, se constituye en un problema.
Sinosteel tiene 30 meses para terminar la construcción de la planta, con capacidad para procesar 150.000 toneladas de acero.
Según estimaciones de la Empresa Siderúrgica del Mutún, el país importa barras de acero por aproximadamente 300 millones de dólares al año. Con la puesta en marcha de la planta del Mutún se dejaría de erogar esa cifra.
La historia nacional nos recuerda que la economía nacional estuvo signada por la minería, como exportadores netos de materia prima. En la época de la colonia española extrajeron del cerro rico de Potosí más de 35.000 toneladas métricas de plata. Cuando se fundó la república de Bolivia aún vivíamos de este mineral.
Al comenzar el Siglo XX llegó la era del estaño y a mediados del 1900 ya ingresando al agotamiento de las minas de Patiño, Hochschild y Aramayo llegó la nacionalización de las minas (1952).
Luego, llegó la exportación de petróleo y ahora esperamos volver a dos rubros mineros: el hierro del Mutún y el litio. Esperamos que ahora dejemos de ser exportadores solo de materia prima y pasemos a industrializar estos recursos.
Así mismo la Hidrovía de la Cuenca de Plata cobra importancia para la exportación de Hierro.
Así como desarrollar la Economía 4.0 del talento, desarrollar Servicios y exportaciones como la Economía Naranja que expone el turismo, hotelería, Culinaria y Transporte, nuestro futuro debe de ser el talento humano y no solo los Recursos Naturales de insumos mineralógicos.

El autor es Economista, Académico de Número de la ABCE (Academia Boliviana de Ciencias Económicas).

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