lunes, diciembre 23, 2024
InicioSeccionesOpiniónApostemos por la conciliación nacional

Apostemos por la conciliación nacional

En esta fiesta nacional, cuando conmemoramos 196 años de independencia de la corona española, los empresarios invitamos a todos los bolivianos a deponer actitudes beligerantes y esforzarnos juntos en llevar adelante proyectos orientados a asegurar el futuro de Bolivia.
Ratificamos nuestro compromiso de promover el desarrollo económico, aumento de la productividad por renovación del empleo y mejorar la calidad de vida de las familias de los bolivianos.
Bolivia, como el resto del mundo, sufre las consecuencias económicas de la pandemia del Covid-19. Los esfuerzos que sean hechos por superar estos problemas tienen un gran obstáculo al frente: los problemas sociales debido a protestas de diversa naturaleza, que pueden tener efectos duraderos en la economía nacional.
Como país tenemos la suerte de tener en nuestro suelo la riqueza necesaria para encarar exitosos un desarrollo sostenible que permitirá el buen vivir de todos sus habitantes con la aplicación de la Economía 4.0 del Talento y promover la Económica Naranja del turismo.
Debemos instrumentar los desafíos como la transferencia y los avances tecnológicos, la digitalización y la innovación que la nueva realidad nos exija, así como la producción de bienes y servicios con valor agregado, las energías limpias y la Economía Circular.
Pero, nos permitimos insistir, el país necesita un clima de convivencia pacífica, donde sean respetados los derechos de todos, tengamos la garantía jurídica de que cualquier problema que se presente, será resuelto en estricta sujeción a las normas legales en vigencia.
Según el último Índice de Paz Global –mencionado por los economistas Metodij Hadzi-Vaskov, Samuel Pienknagura y Luca Ricci, en su artículo titulado ¿Podría verse dificultada la recuperación por una nueva ola de tensión social?, publicado en su blog del Fondo Monetario Internacional (FMI)– el número de disturbios, huelgas generales y manifestaciones antigubernamentales en todo el mundo ha aumentado en un alarmante 244% en la última década. Los confinamientos y el miedo a los contagios forzaron una pausa temporal, pero en todas las regiones del mundo han reaparecido los manifestantes. Las causas varían entre la frustración por la gestión de la crisis por parte de los gobiernos y el aumento de la desigualdad y la corrupción.
Los investigadores remarcan que “los efectos en el PIB parecen estar impulsados por contracciones pronunciadas en las manufacturas y los servicios (dimensión sectorial), así como en el consumo (dimensión de la demanda). Nuestros resultados también sugieren que la tensión social afecta a la actividad debido a la disminución de la confianza y al aumento de la incertidumbre”.
Nuestro país necesita con urgencia de nuevas inversiones, mejor si son privadas porque nuestro PGN tiene un déficit de aproximadamente 3.000 millones de dólares que aún no fue cubierto, para llevar adelante proyectos que impulsen la reactivación económica nacional y tenemos un gasto público muy sobredimensionado.
Las protestas públicas, como lo remarcan los investigadores del FMI, deben ser escuchadas y respondidas por el Gobierno. Pero, mejor si se anticipa a las necesidades de la gente con políticas dirigidas a proporcionar una oportunidad justa de prosperidad para todos.
Las reformas deben obedecer a un acuerdo alcanzado mediante el diálogo social que tome en cuenta el financiamiento sostenible sin presiones insostenibles para el PGN, impulsando el empleo digno. De lo contrario, los costos económicos de la pandemia se verán agravados por los costos de la tensión social.
Como país tenemos muchas dolorosas experiencias de la forma cómo los conflictos sociales afectan la economía.
Ya en 2003, Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, advirtió que hemos llegado a una encrucijada: Como seres humanos, de nosotros depende que tomemos la senda correcta, que haría que este mundo fuera un lugar más seguro, justo, ético, integrador y próspero para la mayoría, y no sólo para unos pocos, tanto dentro de los países como entre los países. Pero, también podemos decidir andarnos con rodeos, ignorar las señales y dejar que el mundo que todos compartimos se vea sumido en nuevas espirales de turbulencia política, conflictos y guerras.
Compartiendo con la Iglesia Católica del país, los empresarios bolivianos también deseamos que estas celebraciones de la Independencia boliviana encuentren a los bolivianos reconciliados, viviendo en una patria bendecida por el don de la paz del Señor.
La Cámara Nacional de Comercio manifestó que nuestra Economía debe ser incentivada y consolidada para sembrar hoy un país pujante para nuestras futuras generaciones. El tejido empresarial es el emblema de orgullo nacional.

El autor es Economista, licenciado en la UMSA, con Post Grado; Doctorado Ph.D en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina y Académico de Número de la ABCE (Academia Boliviana de Ciencias Económicas).

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES