Firefox el navegador web libre y de código abierto desarrollado para distintas plataformas pierde usuarios a un ritmo preocupante y es un grave problema para toda la industria de la tecnología que necesita alternativas en navegación web.
Esta situación no es una nueva noticia.
De acuerdo al informe de datos público de Firefox, sus estadísticas muestran que el número de usuarios activos (mensuales) era de aproximadamente 244 millones a finales de 2018. En el segundo trimestre de 2021 ha pasado a ser de 198 millones de usuarios. Una gran pérdida en poco tiempo. Y es que la Red de redes necesita organizaciones sin ánimo de lucro como Mozilla que apuesten por la privacidad y la Internet libre, y con el único navegador web de código abierto entre los grandes. Un tipo de aplicación clave para acceder a multitud de servicios de Internet, al gran mercado del comercio electrónico, a las búsquedas y al fabuloso negocio publicitario en línea.
Teniendo en cuenta que las herramientas centradas en la privacidad han experimentado un auge impresionante en los últimos tiempos (solo hay que ver a DuckDuckGo), después de conocerse los programas de vigilancia masiva y que la industria publicitaria haya cruzado todas las líneas rojas como mayores infractores de este derecho de la era digital, parece difícil entender la pérdida de usuarios de Firefox.
¿Por qué Firefox pierde usuarios?
Hay problemas de desarrollo interno como la falta de mejoras significativas en el rendimiento, la posición residual de la versión para móviles o la tendencia a cambiar la experiencia de los usuarios en las sucesivas versiones, algo que no gusta a todos. En 2020 llegaron las primeras pérdidas financieras de Mozilla en dos décadas y la pérdida de talento con los abundantes recortes de plantilla no han ayudado a superar la situación.
Posiblemente el gran problema para Mozilla reside en la posición de Google. La decisión de Microsoft de utilizar el proyecto de código abierto Chromium para su nuevo navegador Edge ha dejado al Firefox de Mozilla como el único navegador web importante con motor propio si exceptuamos a Safari que lleva una senda aparte marcada por Apple y prácticamente cerrada a su uso en Macs.
La decisión de Microsoft es una gran victoria de Google, que mejora aún más una situación de privilegio que alcanzó cuando arrasó a los Internet Explorer. No podemos culpar a Microsoft por usar Chromium, un proyecto de código abierto muy establecido que impulsa a navegadores como Chrome, Vivaldi, Opera y otros. Ofrece gran rendimiento en el procesamiento de páginas, cuenta con un número enorme de extensiones, actualizaciones frecuentes y la mejora de código comunitaria especialmente la de su principal mantenedor, Google.
El problema no es solo los usuarios que acoge y que no usan Firefox, como bien se temían en Mozilla cuando se anunció el Edge Chromium: «La decisión de Microsoft le da a Google más capacidad para decidir por sí solo en la Web». El resultado puede ser que los desarrolladores web y las empresas no se preocupen si sus servicios y sitios web funcionan con otra cosa que no sea Chromium. Eso será el hundimiento definitivo de Firefox.
Debemos tomar en cuenta que los ingresos de Mozilla dependen casi en su totalidad de Google. Mozilla amplió en agosto de 2020 el acuerdo con Google para colocar el motor de búsqueda de éste de manera predeterminada en Firefox. El acuerdo es por tres años y Google pagará entre 400 y 450 millones de dólares anuales, el 90% del presupuesto de Mozilla.