Es de dominio público que muchos países ricos y desarrollados han alcanzado alto desarrollo y progreso, porque en sus inicios, siendo empresas chicas y medianas, fueron fortaleciéndose con el paso del tiempo; se conoce que no nacieron como compañías o empresas grandes con importantes capitales y disposición de infraestructura y tecnología para una producción importante; que todo lo alcanzado fue debido a que contaron con el apoyo de las autoridades y del público que fue sopesando sus urgencias y necesidades. No han conseguido desarrollarse con la oferta de alta producción y menos de gran calidad; pero, en todo caso, con el propósito firme de mejorar cualitativa y cuantitativamente lo que tenían proyectado: ofrecer al público, generalmente heterogéneo, su producción con el propósito de reemplazar a lo importado. Fueron, en todo caso, pasos muy positivos que debieron dar, creciendo y mejorando poco a poco, sin precipitaciones para superar y hasta diversificar su producción.
Esto es, aunque en pequeño, lo alcanzado por las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) de nuestro país, que hoy seguramente soportan las crisis económico-financieras, debido a las condiciones especiales y de extremos por los que atraviesa la economía nacional.
El gobierno debe tener conciencia de la urgencia de apoyar la fundación de muchas Pymes y dispensar toda ayuda a las empresas, medianas y pequeñas, que actualmente funcionan en el país. Son entidades que no deben sufrir tropiezos de ninguna especie, sobre todo para la otorgación de créditos con bajos intereses, plazos largos y amortizaciones cómodas; por otra parte, es necesario disponer que la burocracia gubernamental no les cree obstáculos, ni les hagan exigencias que no tienen por qué cumplir, especialmente con quienes inician gestiones para crear nuevas empresas, que son fuentes seguras de empleo y creación de riqueza, con miras a mejorar cuantitativa y cualitativamente la situación económica del país.
Las Pymes son las compañías que darán lugar a grandes empresas y organizaciones importantes, tanto para la diversificación económica como para ingresar con éxito al campo de las exportaciones. La importancia de las Pymes es muy grande y no darles el lugar que tienen para vencer a la pobreza es imperdonable. Ellas son las que, en definitiva, darán aliento a la economía, crearán más empleo y promoverán la lucha definitiva contra la pobreza y el subdesarrollo. Apoyarlas y propiciar su crecimiento debe ser obligación ineludible de las autoridades y del propio sector privado. al que reforzarían decididamente para su crecimiento.
Urgencia de apoyar a las Pymes
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