Que los principales componentes del gobierno boliviano digan que “la decisión de repostular a Evo Morales en 2019 fue un error” (1), es la prueba de honestidad y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene mecanismos para hacer respetar el Estado de derecho o la correcta aplicación de la ley.
DAR MARCHA ATRÁS
No queda otra que dar marcha atrás con todo aquello que sucedía, principalmente con ganar elecciones en urnas, elegir “magistrados” para someter a la justicia al gobierno de turno o, finalmente, considerar que la decisión de los sabios “es un ataque del golpista Almagro y sus cómplices de la derecha para desestabilizar políticamente la democracia”.
¡Nada de semejantes peregrullos!
Una otra cosa es que se haya frenado en seco la deriva del gobierno boliviano hacia políticas que cuestionan los valores fundamentales de la República. Si se cambia periódicamente a los gobernantes (cada cinco años) es porque vivimos en una verdadera República. Aquí los poderes políticos (el Ejecutivo, el Parlamento) son esencialmente renovables, no hay lugar para continuar en el poder por siglos. Menos dar por “caso cerrado” y escapar del hecho ilícito.
Consiguientemente, se impone el trabajo de la separación de poderes que el soberano impone al Judicial, al Legislativo, al Ejecutivo. Evitemos todo lo que socava al Estado de derecho y discrimina a grupos de población, con motivo de su orientación ideológica. Es hora de que el Movimiento al Socialismo (partido en función de gobierno) acabe con su hostigamiento y reconozca la primacía del derecho comunitario.
EVITAR EL CHOQUE FRONTAL
A los buenos seguidores de Luis Arce Catacora que entran en razón –al menos en este conflicto por la continuidad en el ejercicio del Poder– resulta agradable de todo corazón reconocerlos, para que eviten un choque frontal con las instituciones de los 34 países que conforman los Estados de América. Ellos tienen mecanismos para hacer respetar el Estado de derecho, donde la presión política y de cooperación logra meter en órbita a los gobiernos autoritarios. Así resulta de la experiencia que corre Evo Morales Ayma, cuando pretende visitar reiteradamente a la fraterna República del Perú.
Las advertencias que nos llegan, no solamente para no meternos en negocios ajenos o para respetar la correcta aplicación de la ley, van acompañadas de posibles expulsiones, sanciones financieras, bloqueos de fondos, etc.
Entonces, no queda otra cosa que eliminar las acciones de un gobierno exorbitante y sin control, que expone a los jueces a una vigilancia del poder Ejecutivo, que amenaza con socavar la independencia y neutralidad de los tribunales bolivianos, y los deja a mereced de las presiones y la arbitrariedad política del gobierno de turno.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos confirmó, en fecha viernes 13 de agosto de 2021, la reacción del Soberano, que estalla en 20 de octubre de 2019 y confiere un mandato para hacer nuevas elecciones. Lejos de esta realidad comienza o recomienza la aventura para un gobierno establecido.
1.- Los Tiempos: Del Castillo: La reelección de Morales fue un error del MAS que no debió haber sucedido. Cochabamba, 13 de agosto de 2021. Pág.1.