domingo, septiembre 1, 2024
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Eslogan presidencial: “Vamos a salir adelante”

Durante la Revolución Francesa (1789) surgieron muchos slogans para movilizar a grandes masas humanas: “El pueblo hace la revolución”; “Aquí empieza el país de la libertad”; “Libertad, igualdad y fraternidad”. O como el acuñado por Marx y Engels: “¡Proletarios de todo el mundo, uníos!”. Estas frases tuvieron la virtud de impactar en la conciencia de los revolucionarios, que hasta hoy se escucha gritar en concentraciones sindicales y campañas electorales.
En el escenario de la política boliviana, hubo también eslóganes célebres que retumbaron en la mente y oído de los militantes de una determinada línea partidaria. Recuerdo, por ejemplo, aquel eslogan emitido por Mariano Melgarejo en una fiesta social: “Confianza ni en la camisa”. Asimismo, se me viene a la mente el de Gualberto Villarroel: “No soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres”. O el pronunciado por Víctor Paz Estenssoro: “Bolivia, se nos muere”. Y el acuñado en el gobierno de Evo Morales: “Revolución, democrática y cultural”.
Actualmente, el presidente Luis Arce Catacora, después de asumir la silla presidencial, acuñó un eslogan que no suena ni truena en el ámbito de la lucha política: “Vamos a salir adelante”. Son palabras que carecen de fuerza movilizadora para llamar la atención de militantes y simpatizantes del MAS. Su contenido refleja debilidad en la emisión del mensaje; escuchan, pero no comprenden lo que quiere transmitir el Presidente. Son cuatro palabras que están flotando en el vacío. Percatándose de este problema, ahora el Presidente está ensayando otro eslogan: “Estamos saliendo adelante”, que tampoco tiene poder de convencimiento y fuerza coercitiva para los receptores del mensaje.
En Ciencia Política, la materia “márquetin político” enseña a construir eslóganes con palabras claves, que expresen un significado metafórico, fáciles de memorizar y fundamentalmente impactar en la subjetividad del público. Es decir, que tenga poder de convocatoria, motivación e impulse a la gente a la acción (“grito de guerra”). Porque etimológicamente, eslogan viene del término “sluagh-ghairm” en gáelico. “Sluagh” refiere al ejército, mientras “ghairm” significa “grito”. Unidas estas palabras expresan: “grito de guerra” (Ver dockcontent.com).
Entonces, conceptualmente hablando: “Eslogan es una frase corta que busca representar una marca (del gobierno), para promover la rápida identificación y memorización del producto (mensaje) de parte de los consumidores (militantes y simpatizantes) de una tienda política”. Raúl Equizábal (2007), docente de la Universidad Complutense, en su libro: Estudio del eslogan (p.16), afirma: “Un eslogan no vale por lo que dice, sino por lo que hace”. Quizás en el eslogan presidencial faltan palabras complementarias para impactar en la subjetividad del público e impulsarlos a gritar: “Vamos a salir adelante ante la crisis…”.
El autor también establece características centrales de un eslogan; que debe ser impactante, traducible, metafórico, anónimo, impuesto y problemático para el público. En consecuencia, estoy seguro que pronto construirán otras frases presidenciales de carácter político, para reforzar y superar los débiles eslóganes emitidos por el Presidente en sus presentaciones públicas, discursos y escritos parafraseados en las redes sociales: “Vamos a salir adelante”; “Estamos saliendo adelante”; y luego acuñará, pienso: “Hemos salido adelante”.
Finalmente, se me ocurre sugerir, adaptando el eslogan antiguo de una marca de radio: “Phillips. Mejores no hay”, lo siguiente: “Lucho, el mejor…”. Mensaje que no sólo dará lugar a la discusión problemática entre opositores y oficialistas, sino también motivará autorreflexión de autoridades de Estado, para superar la alta tensión y conflictividad política que vivimos, como ocurrió con el informe presidencial de 6 de agosto de 2021.

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