domingo, diciembre 22, 2024
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¿Ingenuos, tontos o funcionales?

En octubre de 2019, el fraude de proporciones orquestado por Evo Morales y su séquito estaba quedando en “offside”, las denuncias se convertían en pruebas y las pruebas en protestas, todos sabemos lo que sucedió después: la renuncia de Morales y García Linera, el vacío de poder fruto de una seguidilla de renuncias en la Asamblea Plurinacional, situación que dejó a nuestra nación en estado de indefensión. Resumiendo, se vivió una noche de terror, con atracos, quema de propiedad pública y privada, amenazas y enfrentamientos.
Luego de que Morales huyera del país y la sucesión constitucional dejara en la presidencia a la senadora Jeanine Áñez, la oposición política simplemente desapareció. Para empezar, hay que ser claros, no se dialoga con el mal, no se transa con el diablo, pero justamente esto fue lo que sucedió. Con bombos y platillos, los señores Quiroga, Mesa, Vásquez y demás contaron, como si fuesen héroes de Marvel, cómo lograron que Morales huyera del país, facilitando su escape, con la excusa de que era imprescindible pacificar a la nación. Pecaron de esta manera de ingenuos y tontos, es como si se atrapase a un secuestrador in fraganti y, en aras del buen trato y del amor entre ciudadanos, se dejase libre al delincuente, todo esto para precautelar el bienestar de la ciudadanía. Pero, ¡por favor!, lo que hicieron no fue un acto de valentía, fue un acto de cobardía.
Una vez Morales fuera de Bolivia, el nuevo gobierno constitucional no se dedicó a gobernar, simplemente jugaron a ser salvadores mientras se llenaban los bolsillos por detrás, jugaron con los sueños de miles de jóvenes que salieron a las calles a luchar por sus derechos y por el respeto al voto ciudadano. Prefirieron jugar a las alianzas de baquelita y a las repartijas de pegas, antes que velar por la seguridad y la estabilidad del país.
Los actores políticos pensaron de manera equivocada que podían ganarle al MAS en las urnas con un padrón electoral amañado. De igual forma pensaron que Morales viviría feliz en México o abriría su restaurante en el Chapare. La ingenuidad llegó a tal punto que pensaron que con posiciones «mesiánicas» o con acuerdos de cartón entre opositores sobrevalorados, el régimen del MAS sería vencido.
Todos los actores políticos de oposición tienen mucho de culpa por lo que está sucediendo, no solo con el país, también por el calvario por el que pasa la ex presidente Áñez, pues la enviaron a la jaula de los leones y la dejaron sola. La angurria de poder de estos señores fue tanta, que poco les importó el futuro económico y político de nuestra nación, no solo abandonaron a la presidenta Áñez, dejaron sola a toda Bolivia. De seguro la historia los recordará por ello.
Jugaron a ser libertadores, pero en realidad fueron ejecutores de una enorme traición, entregaron al país en bandeja de plata a la persecución, la venganza y a la tortura. Los actos de valentía de los súper opositores en realidad fueron espejismos de una oposición acababa. Es decir que los opositores debido a su desesperación por figurar se olvidaron de gobernar.

Marcelo Miranda Loayza, Teólogo y Bloguero.

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