Recordemos que… Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) son infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual. El contacto suele ser vaginal, oral y anal. Pero a veces pueden transmitirse a través de otro contacto físico íntimo. Esto se debe a que algunas ETS, como el herpes y el VPH, se transmiten por contacto de piel a piel.
Continuando con la descripción de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) detallamos a continuación el Herpes genital. Es una enfermedad de transmisión sexual causada por el virus del herpes simple 1 (HSV-1) o 2 (HSV-2), que son dos de los ocho tipos de herpes virus que infectan a los seres humanos. Puede causar llagas en el área genital o rectal, nalgas y muslos.
Después de la infección inicial, el virus del Herpes simple (HSV) permanece en estado de latencia en los ganglios nerviosos, desde donde puede emerger periódicamente. Cuando surge el virus, puede o no causar síntomas; es decir, lesiones genitales. La transmisión puede ocurrir a través del contacto con las lesiones o, más a menudo, a través del contacto piel a piel con parejas sexuales cuando las lesiones no son aparentes (llamada diseminación asintomática).
Las mujeres embarazadas con herpes genital puede transmitir el virus del Herpes simple (HSV) al feto o el recién nacido. En forma típica, el HSV se transmite durante el parto a través del contacto con secreciones vaginales que contienen HSV. El virus rara vez se transmite por vía transplacentaria. Las madres con infección genital primaria, recién adquirida, por HSV tienen un riesgo más alto de transmitir HSV al recién nacido. La mayoría de las mujeres que transmiten HSV a los recién nacidos no tienen síntomas de infección por HSV en el momento del parto. La infección neonatal por HSV es una infección grave y potencialmente letal.
Signos y síntomas
La mayoría de los casos de herpes genital primario no causan síntomas notorios; muchas personas infectadas por el HSV-2 no saben que tienen herpes genital.
Las lesiones genitales primarias se desarrollan entre 4 y 7 días después del contacto. Las vesículas suelen erosionarse y formar úlceras. Pueden ocurrir lesiones en las siguientes ubicaciones:
- En el prepucio, el glande y el cuerpo del pene en los hombres.
- En los labios, el clítoris, el periné, la vagina y el cuello uterino en las mujeres.
- Lesiones perianales y rectales en los hombres o las mujeres que practican sexo anal.
Puede ocurrir dificultad para iniciar la micción, disuria, retención urinaria, estreñimiento o neuralgia sacra grave.
Las lesiones genitales primarias suelen ser más dolorosas, prolongadas y generalizadas y tienen más probabilidades de ser bilaterales y de comprometer adenopatías regionales, además de causar síntomas constitucionales, en comparación con las lesiones genitales recidivantes. Las lesiones recurrentes tienden a ser más leves y se asocian con menos síntomas.
Diferencias en la ubicación de los síntomas
Las llagas aparecen en el lugar en el que la infección ingresó al cuerpo. La infección se puede diseminar al tocar una llaga y después frotarse o rascarse otra zona del cuerpo, incluidos los ojos.
Los hombres y las mujeres pueden tener llagas en las siguientes partes del cuerpo:
- Glúteos y muslos
- Ano
- Boca
- Uretra (el tubo que permite que la orina drene desde la vejiga hacia el exterior)
Las mujeres también pueden tener llagas en las siguientes partes del cuerpo:
- Zona vaginal
- Genitales externos
- Cuello del útero
Los hombres también pueden tener llagas en las siguientes partes del cuerpo:
- Pene
- Escroto
- Las recurrencias son frecuentes
El herpes genital es diferente según la persona, pues los signos y síntomas pueden reaparecer de vez en cuando durante años. Algunas personas experimentan muchos episodios por año. No obstante, en muchas personas los brotes son menos frecuentes, a medida que pasa el tiempo.
Durante una recurrencia, poco antes de que surjan las llagas, puedes sentir lo siguiente:
- Ardor, hormigueo y picazón donde la infección ingresó por primera vez al cuerpo.
- Dolor en la espalda lumbar, en los glúteos y en las piernas.
- Sin embargo, por lo general, las recurrencias son menos dolorosas que el brote original y, a menudo, las llagas se curan con mayor rapidez.
Diagnóstico
El diagnóstico de herpes genital suele ser clínico y se basa en las lesiones características de los grupos de vesículas o úlceras sobre una base eritematosa son inusuales en las úlceras genitales provocadas por virus diferentes del HSV. Sin embargo, estas lesiones están ausentes en muchos pacientes. Se deben indicar pruebas para el HSV para confirmar el diagnóstico si no está claro.
La evaluación suele efectuarse en una muestra de líquido de la base de una vesícula o de una lesión ulcerosa reciente si se encuentra alguna. La ausencia de HSV en el cultivo, especialmente en pacientes sin lesiones activas, no descarta la infección por HSV porque la diseminación viral es intermitente. Además, el cultivo tiene una sensibilidad limitada; La PCR es más sensible y se utiliza cada vez con mayor frecuencia.
La inmunofluorescencia directa con anticuerpos monoclonales marcados con fluoresceína a veces está disponible; es específica pero no es sensible.
Las pruebas serológicas pueden detectar con precisión los anticuerpos HSV-1 y HSV-2, que se desarrollan durante las primeras semanas después de la infección y luego persisten. Por lo tanto, si se cree que el herpes genital se contrajo en etapa reciente, es posible que haya que repetir las pruebas para dar tiempo a la seroconversión.
Se debe considerar la realización de pruebas serológicas para HSV en las siguientes circunstancias:
- Para evaluar a los pacientes que no tienen lesiones genitales sospechosas, pero que requieren evaluación o solicitud.
- Para ayudar a determinar el riesgo de desarrollo de lesiones.
- Para identificar a las mujeres embarazadas que no tienen lesiones genitales, pero corren el riesgo de transmitir el herpes al recién nacido durante el parto.
- Para determinar si una persona es susceptible a la infección de una pareja sexual con herpes genital.
Tratamiento
No existe una cura para el herpes. No obstante, hay medicamentos que pueden prevenir o disminuir la duración de los brotes. Uno de estos medicamentos puede tomarse todos los días y reduce la probabilidad de que usted les pase la infección a su pareja o parejas sexuales. El herpes genital se trata con antivirales como Aciclovir, valaciclovir o famciclovir.
Las erupciones primarias pueden tratarse con uno de los siguientes:
- Aciclovir 400 mg por vía oral 3 veces al día durante 7 a 10 días.
- Valaciclovir 1 g por vía oral cada 12 h durante 7 a 10 días.
- Famciclovir 250 mg por vía oral 3 veces al día durante 7 a 10 días.
Estos fármacos reducen la diseminación del virus y los síntomas de las infecciones primarias graves. Sin embargo, incluso el tratamiento temprano de las infecciones primarias no es capaz de prevenir las recurrencias.
En las erupciones recurrentes, la duración de los síntomas y la gravedad pueden reducirse un poco con tratamiento antiviral, en particular durante la fase prodrómica. Las erupciones recurrentes pueden tratarse con uno de los siguientes:
- Aciclovir 400 mg por vía oral 3 veces al día durante 5 días
- Valaciclovir 500 mg por vía oral cada 12 h durante 3 días
- Famciclovir 1000 mg por vía oral cada 12 h durante 1 día
Para las erupciones frecuentes (p. ej., > 6 erupciones/año), se pueden utilizar terapia antiviral supresora con uno de los siguientes:
- Aciclovir 400 mg por vía oral cada 12 h
- Valaciclovir 500 a 1.000 mg por vía oral 1 vez al día
- Famciclovir 250 mg por vía oral cada 12 h
Las dosis deben ajustarse en pacientes con insuficiencia renal. Los efectos adversos son infrecuentes cuando los antivirales se administran por vía oral, pero pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, cefalea y exantema. Los medicamentos antivirales tópicos aislados tienen poco valor y su uso no se recomienda. La evaluación de las parejas sexuales de pacientes con herpes genital es importante.
Factores de riesgo
El riesgo de infectarte con herpes genital puede aumentar en los siguientes casos:
- Ya que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener herpes genital. El virus se transmite sexualmente con mayor facilidad de hombres a mujeres que de mujeres a hombres.
- Al tener múltiples parejas sexuales. Cada pareja sexual adicional aumenta tu riesgo de exposición al virus que provoca el herpes genital.
Complicaciones
Las complicaciones asociadas con el herpes genital comprenden las siguientes:
- Otras infecciones de transmisión sexual. Las llagas genitales aumentan el riesgo de transmisión o contagio de otras infecciones de transmisión sexual, incluso el SIDA.
- Infección de recién nacidos. Los bebés nacidos de madres infectadas pueden estar expuestos al virus durante el parto. Esto puede generar daño cerebral, ceguera o muerte del recién nacido.
- Problemas en la vejiga. En algunos casos, las llagas asociadas con el herpes genital pueden provocar inflamación alrededor del tubo que transporta la orina desde la vejiga al exterior (uretra). La inflamación puede cerrar la uretra durante varios días, lo que requiere la inserción de una sonda para drenar la vejiga.
- Meningitis. En ocasiones poco frecuentes, la infección por el virus del herpes simple produce la inflamación de las membranas y el líquido cefalorraquídeo que rodean el cerebro y la médula espinal.
- Inflamación rectal (proctitis). El herpes genital puede provocar una inflamación del recubrimiento del recto.
Prevención
Si tiene herpes, debería decírselo a su pareja o parejas sexuales y hablarles de los riesgos que tienen. Usar condones puede ayudar a disminuir el riesgo, pero no lo desaparecerá por completo. Tener llagas u otros síntomas de herpes puede aumentar su riesgo de transmitir la enfermedad. Incluso si no tiene ningún síntoma, de todos modos puede infectar a sus parejas sexuales.
Las sugerencias para prevenir el herpes genital son las mismas que para prevenir otras infecciones de transmisión sexual:
Abstenerse de la actividad sexual o limitar el contacto sexual a una sola persona que no tenga infección.
Usar, o hacer que tu pareja use, un preservativo de látex durante todos los contactos sexuales.
Evitar la relación sexual si un miembro de la pareja tiene un brote de herpes en el área genital o en cualquier otro lado.
¿Existe algún vínculo entre el herpes genital y el VIH?
La infección por el herpes puede causar llagas o heridas abiertas en la piel o en el recubrimiento interno de la boca, la vagina y el recto. Esto propicia una forma para que el VIH entre en el cuerpo. Incluso sin llagas visibles, tener herpes genital aumenta el número de células CD4 (las células que el VIH busca para entrar al cuerpo) que se encuentran en el recubrimiento de los genitales. Cuando una persona tiene tanto el VIH como el herpes genital, son mayores las probabilidades de que eI VIH se transmita a una pareja sexual que no esté infectada durante el contacto sexual con la boca, la vagina o el recto de la pareja.