La ciudad de La Paz soportó dos marchas ayer, en ambas alarmante descuido de la bioseguridad, no existió distanciamiento físico, aunque la mayoría portaba barbijos, las protestas se producen cuando la urbe paceña está amenazada por la cuarta ola del Covid-19.
Desde la mañana, la ciudad de La Paz estuvo sitiada por miles de mineros auríferos que se concentraron en inmediaciones de la plaza de San Francisco para pedir atención a varias reivindicaciones del sector.
Inmediatamente surgieron críticas de los ciudadanos que se vieron perjudicados en sus actividades cotidianas, más aún cuando las medidas de bioseguridad recomendadas no fueron acatadas, como el distanciamiento sanitario, aunque la mayoría portaba el barbijo, pero algunos mal puestos, por debajo de la nariz o en la mandíbula inferior.
Los paceños impedidos de circular libremente afirmaban que el peligro de contagios masivos con coronavirus aumenta con estas manifestaciones, en una época en la que amenaza la cuarta ola de la enfermedad viral, además protestaron por la dificultad para realizar las actividades comerciales y de trabajo en el centro paceño.
Ante el descontento y la protesta de los transeúntes, los manifestantes reaccionaron con insultos, prepotencia y agresiones hacia las personas que deseaban pasar los bloqueos en lagunas vías del sector.
Por otro lado, la Asamblea de Derechos Humanos, liderada por Amparo Carvajal, convocó a una marcha desde la avenida 6 de Agosto hasta la cárcel, para pedir que Añez se defienda en libertad.
También en esta manifestación, los asistentes olvidaron el distanciamiento físico, más todavía cuando empezaron las trifulcas con una contramarcha, presuntamente organizada por afines al partido de Gobierno.
Se produjeron gritos entre ambos bandos. Se lanzaron desde refrescos, huevos y otros elementos, sin embargo, la tensión continuó en aumento y se desataron agresiones, incluso con piedras que fueron lanzadas.
En el enfrentamiento, resultó herido Guillermo Paz que es activista por el 21F y acompañaba la marcha a favor de Añez.