En el tema del litio, otra vez, el gobierno se va introduciendo en su propia encrucijada. ¿Ya no insistirá en sus negociaciones con la empresa alemana? En su reciente presentación en la Universidad de Columbia, EEUU, el presidente Arce habría dejado entrever que ahora el gobierno solamente apostará a nuevas empresas. Al parecer, recién se dio cuenta de que no podrá llevar adelante los dos proyectos al mismo tiempo.
En el mejor de los casos, tendría que iniciar un nuevo proyecto con las tecnologías de extracción directa de litio (EDL). Sin embargo, esto no sólo implicaría una mayor inversión sino también un nuevo retraso para el proyecto estratégico con el que el gobierno de Arce pretende “enfrentar las consecuencias del COVID-19”. En estas circunstancias, le sería prácticamente imposible cumplir su meta utópica de producir cátodos el 2024.
Pero, ¿por qué no podrá ejecutar los dos proyectos de manera simultánea? Por tres razones fundamentales.
En primer lugar, si aplica las tecnologías EDL antes de las piscinas de silvinita y sales mixtas, podría afectar la provisión de materia prima para la planta industrial de cloruro de potasio (KCl). En este contexto, esta planta –que costó al pueblo boliviano alrededor de $us.200 millones– correría el riesgo de quedarse como un nuevo elefante blanco en el país.
En segundo lugar, si las utiliza después de las sales mixtas, el impacto podría notarse únicamente en la planta industrial de carbonato de litio (Li2CO3), pero sería mínimo por cuanto ya estaríamos prácticamente en la parte final del proceso de evaporación con mucho litio perdido en el camino. No podría aplicarlas después de la piscina de silvinita porque hoy en día las sales mixtas formarían parte de la materia prima para la planta de KCl. Adicionalmente, en la medida en que la mayoría de las técnicas de EDL resultan en la obtención de cloruro de litio (y no de sulfato de litio), sería necesario realizar algunos ajustes ni tan simples ni poco costosos a la planta industrial de Li2CO3.
El propio exviceministro del área menciona “a su manera” estos dos primeros puntos en una reciente presentación en Facebook.
En tercer lugar, el uso de los nuevos métodos, en cualquier parte del proceso de evaporación solar, derivaría en el mejoramiento de la tasa de recuperación del litio dirigido a la planta industrial de Li2CO3 con la consiguiente disminución de la concentración de litio en la piscina de salmuera mal llamada residual. De esta manera, sería imposible cumplir la condición de entregar a la empresa mixta los 1,8 millones de toneladas/año de salmuera remanente con una ley de entre 0,42 y 0,45% de litio que hacía viable el negocio con los alemanes. ¿Les suena el concepto de incentivos perversos?
El autor es Analista de la economía del litio.