En Sin Tiempo para Morir, Bond ha dejado el servicio activo y está disfrutando de una vida tranquila en Jamaica. Su paz dura poco, cuando su viejo amigo Felix Leiter de la CIA aparece pidiendo ayuda. La misión es rescatar a un científico secuestrado, que resulta ser mucho más peligrosa de lo esperado, lleva a Bond tras la pista de un misterioso villano armado con nueva y peligrosa tecnología.
Para el diseñador de producción Mark Tildesley, trabajar en Sin Tiempo para Morir implicó una mirada al pasado y explorar el presente, en busca de rendir tributo a la larga historia de innovación en el diseño de la serie de películas de Bond.
“Las películas de Bond han sido muy visionarias en muchos sentidos y revolucionarias en algunos aspectos con sus ideas, su escala y el color”, explica. “Mi trabajo consistía en apreciar qué es y qué podría llegar a ser una película de Bond. Necesitaba entender todas las anteriores películas de Bond y pensar cómo nuestra película, el número 25, podría reflejarlas mejor”.
“Por ello, buscamos los mejores momentos de las otras películas de Bond y pensamos en cómo consolidarlos para esta última película de Daniel”.
El punto de partida, en muchos sentidos, fue analizar el trabajo del legendario Sir Ken Adam, el padrino del diseño de Bond. “Nos encantaba mirar lo intrépidos que eran los espacios que creó”, dice Tildesley. “Dibujaba con mucha audacia y su obra era muy valiente e imaginativa”.
“Sus diseños también contienen un sentido teatral; su escenografía a menudo incluía grandes piezas operísticas. Siempre pensamos en Ken Adam y hemos intentado evocar algunas de esas sensaciones. Espero que hayamos logrado recrear algo de la arquitectura y la escala apropiadas para una película de Bond”.
Además de la obra de Adam, Tildesley se inspiró en la arquitectura brutalista, prestando especial atención a los diseños del moderno arquitecto japonés Tadao Ando.
“Hemos tratado de ser intrépidos con el tamaño, la escala y la forma”, agrega Tildesley, “para garantizar que la imagen no estuviera demasiado recargada. En algunos espacios nos hemos decantado por un mundo minimalista con referencias brutalistas, y una estrecha asociación con la naturaleza».
La guarida de Safin
Esta estrategia de diseño resultó especialmente eficaz a la hora de concebir la guarida del villano. “En la isla hay una planta de pruebas con unos silos gigantes para misiles, y debajo de ellos, cuando abres las puertas de los misiles, hay una fábrica enorme”, explica Tildesley. “Esta fue nuestra mejor oportunidad para hacer un impresionante set al estilo de Ken Ada”.
Para continuar con el homenaje, la producción construyó lo que Tildesley llama “una clásica puerta circular de Ken Adam”: la puerta de entrada a la fábrica subterránea.
“Queríamos que la estructura principal fuera llamativa, simple y funcional”, relata. “El concepto nos permitía construir unos pilares gigantes, y trabajamos en equipo con nuestro director de fotografía para crear una escultura que funcionara en la luz y en la oscuridad”.
“Así que, aunado a este gigantesco silo subterráneo, había pasillos enormes donde Bond podía desaparecer en la oscuridad. Estas son estructuras colosales, y sólo una pequeña cantidad de luz se transforma en un lenguaje gráfico donde pueden verse estas formas muy limpias y simples”.