Sin duda los residentes franceses en el Litoral boliviano, desde 1825 hasta la injusta e indigna invasión militar chilena de 1879, fueron numerosos y muy emprendedores. Entre los primeros galos destacaron Lebris y Bertheaume, cuando el mariscal Andrés Santa Cruz visitó dicha rada. Posteriormente, se congregaron las casas comerciales de Marcos Lomet, Marcelo Museat, Pedro Moubert, Marcelo Muscat y Pierre Hubert, éste último fue nombrado por el Gobierno francés como el primer Vicecónsul residente en las costas bolivianas. De esta manera, Carlos Barroilhet, Juan Gardaux, los hermanos Dominique y Jean Roch (Máximo) Latrille, M. Guillón, E. Meunier, Barroilet, F. Lataste, conde de Condourvil, conde de Nolland y el barón Henri Guillaume Marie Arnous de Rivière, entre otros, alcanzaron un gran éxito comercial y contribuyeron con el estableciendo de nuevas poblaciones como Tocopilla, San Luciano de Mejillones y Caracoles. Además, en 1870 el comerciante Augusto Servier gestionó la construcción de una carretera entre Cobija y Calama.
En este contexto, José Durandeau fue el primer consignatario de vapores en Cobija. Para 1850, se encontraban registrados en dicho puerto como buques cargueros mercantes: ‘Lastenia’, ‘Juana’ y ‘La Llama’ de propiedad de la casa comercial de los hermanos Ramón y Anan Lemaitre. Sobre Ramón, es necesario mencionar que fue dueño y propietario del rico mineral de Huanillos, situado a tres leguas al norte del citado puerto, como indemnización a los perjuicios producidos por el cambio de la capital del departamento del Litoral, en 1877, también se le adjudicó terrenos urbanos en Mejillones y la estaca denominada ‘Juárez’, ubicada en las salitreras del Toco. Las primeras dos embarcaciones llevaron los nombres de sus hijas.
Otro barco mercante fue el ‘Bolívar’, considerado “uno de los transportes marítimos modernos de aquellos tiempos”, señaló José Vargas Valenzuela en su obra ‘Tradición Naval del pueblo de Bolivia’. De propiedad de Jean Lucien Arman, industrial armador de buques de Bordeaux, diputado por La Gironda (Francia) y representado en las costas bolivianas por Arnous de Rivière. En 1865, suscribió un contrato de explotación de guano en Mejillones y un préstamo por diez millones de francos destinado a la compra de buques de guerra con el Gobierno Boliviano. Dicho empréstito fue aceptado, “pero se lo invirtió en la construcción de varias obras en el Puerto de Mejillones”, escribió el destacado Gastón Velasco, en su investigación intitulada: ‘La Marina Boliviana en el Pacífico’.
Como se puede apreciar, a modo de conclusión, la contribución de dichos residentes franceses en el desarrollo de la marina mercante boliviana fue muy significativa y poco estudiada por la historiografía actual.
Franceses promotores de la marina mercante en el Litoral
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