domingo, septiembre 1, 2024
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La filosofía del pajpaku

Pajpaku es un término utilizado en Bolivia para describir a vendedores ambulantes, quienes, al ofrecer sus productos, prometen milagros y curas asombrosas, remedios que sirven para todo, relojes Rólex de 5 dólares, etc. Poseedores de un ágil verso, lo utilizan para convencer a sus compradores, son reacios a cualquier pregunta y evitan el debate inteligente; básicamente son personas que, esgrimiendo su buen carisma, van ofreciendo gato por liebre a sus incautos clientes.
Bolivia, en los últimos tiempos, viene vivenciando una especie de filosofía del pajpaku oficialista. No son pocos los funcionarios públicos de todos los niveles que tratan de dar bases teóricas –sacadas de los pelos– a las constantes metidas de pata del gobierno del Movimiento al Socialismo; teorizan la improvisación, el fraude, el descontento popular y la mala administración de gobierno; sin embargo, como hábiles pajpakus van cambiando la realidad con la verborrea tradicional de estos personajes. En este sentido, es normal ver al Vocero presidencial, ministros y viceministros y hasta fiscales con sendos discursos –con power point incluido– enredando a la gente, queriendo vender gato por liebre.
El arte de hablar horas sin decir algo concreto es el pan de cada día para el vocero del partido de gobierno, tratando de fundamentar la mentira. Eso sí, cada vez son menos los que creen en el verso de «vamos a salir adelante» y que tenemos todo. Obviamente, los señores del partido de gobierno deben tratar de hacernos creer este discurso. Nos hicieron creer que el Estado sería nuestro «protector» y que todo sería diferente, nos hicieron creer que “pacificarían” al país y viviríamos en armonía. Las promesas del pajpaku se van cayendo a pedazos, entre la teorización de la mentira y el abuso de poder. De este modo, el espejismo socialista se disfraza de la filosofía del pajpaku.
Lo interesante de todo esto es la, dizque, teorización de las constantes metidas de pata, no solo del primer mandatario, sino también de varios ministros –en especial los de Gobierno y Justicia– que van por todo lado hablando por demás. Han generado un sinfín de publicaciones llenas de referencias pseudo-filosóficas, tratando de explicar lo inexplicable y justificar lo injustificable; incluso convierten las mentiras del pajpaku en norma legal.
El pueblo boliviano poco a poco se va desencantando de la retórica del pajpaku, puesto que nada bueno trae, solo promesas incumplidas, falsas esperanzas y, sobre todo, mucha pero mucha palabrería sin sentido, la cual nos está llevando a un desastre de dimensiones escatológicas.

Marcelo Miranda Loayza, Teólogo y Bloguero.

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