viernes, noviembre 22, 2024
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SEXUALIDAD EN LA TERCERA EDAD

Estamos muy conscientes de la importancia que tiene la salud sexual, tanto en lo mental como en lo físico, para nuestra sensación de bienestar y nuestra capacidad de participar en los dos aspectos más importantes y significativos de la vida humana: capaz de trabajar y de amar. No obstante, la mayor parte de nosotros creemos con conocimientos limitados de lo que se espera en seres humanos sexuados, esto es, qué podemos prever cuando nuestros cuerpos alcancen la madurez biológica y qué esperamos cuando debemos enfrentarnos en sentido emocional con estos cambios. De todo lo que se enseña en la educación básica y universitaria, nada tiene tanta importancia práctica para la vida personal como el conocimiento de la sexualidad humana, pero, más que el conocimiento académico, se deberían priorizar los aspectos emocionales como sentirse cómodo con la propia sexualidad ya que esto acarrea consecuencias perdurables y que no se pueden medir. En término de la salud mental es urgente comprender con claridad los aspectos biológicos, psicosociales y conductuales de la sexualidad en cada etapa de la existencia humana.

 

En este sentido, al hablar de sexualidad, se la debe contemplar también durante la tercera edad. Por ello, Masllow define como Salud Sexual Geriátrica a “la expresión psicológica de emociones y compromiso que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito”.

 

Actualmente vivimos en una sociedad que ignora la faceta sexual de los mayores. La mayoría de las personas de la tercera edad esconden sus sentimientos sexuales y sus deseos a medida que envejecen.

 

En esta etapa de la vida la sexualidad se encuentra afectada por factores importantes como las patologías, las presiones sociales, etc.

 

Factores fisiológicos en el desarrollo sexual

 

Se reconoce cuatro fases en el ciclo sexual humano que son: excitación, plateau, orgasmo y resolución.

 

Factores biológicos en el hombre anciano

 

La duración e intensidad de su ciclo sexual cambia incluso en ausencia de factores patológicos.

 

Fase de excitación. El anciano necesita más minutos que el joven para lograr la erección y esta es menos firme además, se reduce la respuesta visual y táctil respecto a los jóvenes.

 

Fase de plateau o meseta. Es más larga por disminución de la fuerza del músculo cremaster con disminución de la elevación testicular.

 

Fase de orgasmo. Es más corta y con un menor volumen de líquido seminal.

 

Fase de resolución. La pérdida del volumen peneano es más rápida y el período refractario está alargado.

 

Factores biológicos en la mujer anciana

 

Todas las fases del ciclo se mantienen pero con una intensidad menor.

 

Fase de excitación. La fase de expansión y lubricación de la vagina está más alargada.

 

Fase de plateau. La elevación del útero está disminuida; la duración y la intensidad a la estimulación sexual para lograr un orgasmo están aumentadas.

 

Fase de orgasmo. Las contracciones musculares para el orgasmo existen pero disminuidas en número e intensidad, pudiendo haber contracciones dolorosas.

 

Fase de resolución. Está más alargada que en las jóvenes y presentan una reducción de la capacidad de multiorgasmo.

 

Lo que está claro es que la vivencia de la sexualidad en la vejez es un reflejo de la formación en: cultura, actitudes, valores y experiencias vitales acumuladas durante toda la vida.

 

Cambios y factores que se producen en la sexualidad durante la 3ra edad

 

Cambios que se producen en el hombre de la tercera edad:

 

  • Más tiempo para lograr la erección.
  • Disminución del eyaculado en cuanto a volumen y fuerza.
  • El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo.
  • Las necesidades de contacto sexual en hombres mayores de 60 años de edad pueden limitarse a una o dos veces por semana y ser suficiente para su bienestar.
  • Inestabilidad eyaculatoria, pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin dificultad.

 

Cambios en la mujer de la tercera edad:

 

  • Los labios menores y mayores pierden elasticidad, la capa dérmica y epidérmica, al igual que la vulva se atrofian.
  • La vagina con su depuración estrogénica tiene menos fluidificación, lo que a su vez facilita infecciones locales, su mucosa se hace más fina y seca.
  • El clítoris tiene mayor dificultad de erección.
  • Las mamas se vuelven menos firmes y más planas.
  • Disminución del vello axilar y púbico.

 

Factores que influyen en la disminución de la actividad sexual en la tercera edad

 

Estudios han demostrado que la actividad sexual del anciano está influenciada por un grupo de factores dentro de los cuales tenemos:

 

Deterioro de la relación matrimonial

 

Causa trasntornos sexuales en la ancianidad por la monotonía de la relación sexual y problemas de comunicación.

 

Factor de pareja

 

Existe mayor tendencia a la viudez en la mujer y la sociedad no aprueba una nueva pareja después de enviudar.

 

Jubilación

 

Es un cambio en el rol social y la preocupación actúa de forma negativa en las relaciones sexuales del anciano.

 

Salud

 

Las enfermedades mentales y físicas pueden influir negativamente en la sexualidad en la tercera edad.

 

Condiciones domésticas

 

Es muy frecuente en nuestro país que coincidan tres generaciones habitando la misma casa.

 

Mitos y prejuicios

 

Ser una persona de la tercera edad no significa estar oprimido sexualmente, pero lastimosamente están restringidos por la cultura de la sociedad actual, ya que aún se piensa que toda persona mayor de 60 años está incapacitado para sentir placer, deseo e interés sexual.

 

Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en los hospitales donde no se recogen datos sobre la actividad sexual, siempre dicen que los ancianos son sexualmente inactivos.

 

La vejez es sinónimo de pérdidas, déficit, duelos, crisis, enfermedades por el cual, nadie quiere llegar a esta etapa. Junto a los mitos y prejuicios coexisten resistencias ante la vejez, temores y angustias que contribuyen en la percepción negativa de dicha etapa extraña. Es por eso que nuestra sociedad debe considerar y cambiar estos factores negativos que afectan a las personas de la tercera edad.

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