El IBCE ha tenido la gentileza de hacerme llegar un ejemplar del reciente texto que trata sobre el “Modelo de desarrollo cruceño: factores y valores que explican su éxito”, trabajo que se atribuye a la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, cuyos autores son: Carlos Hugo Barbery Alpire, Oscar Soruco López y Gary Antonio Rodríguez.
Según nos resume el Ing. Demetrio Soruco en la presentación de este documento, Carlos Hugo Barbery «explica la sucesión de acontecimientos y vicisitudes que enfrentó la región, desde la fundación de Santa Cruz de la Sierra hasta hoy, conjugando con gran habilidad una visión económica e histórica».
El trabajo de Oscar Soruco López, “especialista en psicoanálisis y geopolítica, comunicador, además, quien desentraña la trascendencia del alma cruceña y la influencia de ésta sobre el devenir de la sociedad en su conjunto”.
El aporte de Gary Antonio Rodríguez, «economista y teólogo, aporta con la definición del espíritu cruceño, así como de los factores y valores que explican el modelo de desarrollo regional, algo que merece destacarse a la luz de sus exitosos resultados».
Por su parte, Pable Mendieta Ossio, «economista con estudios doctorales, contribuye con un inédito análisis sobre la construcción de método de desarrollo cruceño, analizando sus fuentes e hitos, planteando los desafíos a futuro para su mejor funcionamiento».
A su vez el Gral. de División (SP) Herland Vhiestrox Herbas, Presidente de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, en el prólogo destaca que el trabajo «contribuirá con su enfoque práctico, lenguaje sencillo y rigor técnico, a entender –más allá del arraigado sentimiento que tenemos por esta noble tierra– cómo la ciudad primigenia de una pocas cuadras llegó a convertirse en lo que hoy es, una pujante Santa Cruz de la Sierra de miles de hectáreas, que marca el rumbo del Departamento de Santa Cruz y Bolivia».
Por mi parte, desde la carátula, donde se muestra el cambio que se ha producido en la imagen de la capital, con modestas viviendas hace 60 o 70 años, que partiendo de la plaza principal, hacia los cuatro ejes se ha ido transformando en una ciudad moderna que crece y crece respondiendo al trabajo de las familias iniciales que vivían en ellas para, a lo largo del tiempo, mostrar esa ciudad moderna que es el producto de todos aquellos nacidos en ella y de los miles de inmigrantes provenientes de todo el país y del exterior.
Yo he tenido la suerte de ver ese impresionante cambio al haber visitado Santa Cruz anualmente desde 1956, cuando viajando por la vieja ruta por Comarapa, se llegaba en dos días a la vieja capital.
Son recuerdos imborrables haber vivido esa realidad, de una pequeña población con calles de arena, por donde se movían carretones tirados por bueyes, donde los cruceños tomaban sus cafecitos en los pasillos protegidos por los horcones de madera, a una lenta pero firme evolución de la ciudad. La arena cubierta gradualmente por el asfalto y los carretones sustituidos por vehículo modernos.
¡Viva Santa Cruz, bella tierra de mi corazón!