Por: Equipo editor
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una decisión importante. Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de darle un impulso de energía o ayudarle a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser abrumadora.
Las reacciones provocadas por la ansiedad tienen su inicio en los mecanismos cerebrales. El cerebro de los seres humanos integra muy bien la información del pasado (recuerdos) con la información del presente (situación) para anticipar y prever el futuro (consecuencias).
La información del pasado o recuerdos está formada por las experiencias vividas ligadas a las emociones y sensaciones corporales que se sintieron en aquella situación. Recordar el pasado hace revivir las emociones y sensaciones que se sintieron en aquel momento.
Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias. Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan un máximo en una cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, puede suceder que evites ciertos lugares o situaciones. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
Los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Respiración acelerada (hiperventilación).
- Sudoración.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
- Tener problemas para conciliar el sueño.
- Padecer problemas gastrointestinales.
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones.
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad.
¿Cuáles son los tipos de trastornos de ansiedad?
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que temes a lugares y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado y a menudo intentas evitarlos.
El trastorno de ansiedad debido a una enfermedad incluye síntomas de ansiedad o pánico intensos que son directamente causados por un problema de salud físico.
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La preocupación es desproporcionada con respecto a la situación actual, es difícil de controlar y afecta la forma en que te sientes físicamente. A menudo sucede junto con otros trastornos de ansiedad o con la depresión.
El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sensaciones repentinas de ansiedad y miedo o terror intensos que alcanzan un nivel máximo en minutos (ataques de pánico). Puedes tener sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o latidos rápidos, fuertes o como aleteos (palpitaciones cardíacas). Estos ataques de pánico pueden provocar que a la persona le preocupe que sucedan de nuevo o que evite situaciones en las que han sucedido.
El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la familia. Esto puede afectar el desempeño en la escuela, el trabajo o en la sociedad.
El trastorno de ansiedad por separación es un trastorno de la niñez que se caracteriza por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del niño y que se relaciona con la separación de los padres u otras personas que cumplen una función paternal.
El trastorno de ansiedad social (fobia social) implica altos niveles de ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación por ser juzgado o percibido de manera negativa por otras personas.
Las fobias específicas se caracterizan por una notable ansiedad cuando la persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por evitarlos. En algunas personas, las fobias provocan ataques de pánico.
El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas de ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso indebido de drogas, como tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia tóxica o tener abstinencia a causa de las drogas.
Otro trastorno de ansiedad específico y no específico es un término para la ansiedad y las fobias que no cumplen con los criterios exactos para algún otro trastorno de ansiedad pero que son lo suficientemente relevantes para ser alarmantes y perturbadores.
¿Qué causa los trastornos de ansiedad?
No se conoce la causa de la ansiedad. Factores como la genética, la biología y química del cerebro, el estrés y su entorno pueden tener un rol.
No está del todo claro cuáles son las causas de los trastornos de ansiedad. Ciertas experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos, parecen provocar los trastornos de ansiedad en personas que ya son propensas a la ansiedad. Los rasgos heredados también pueden ser un factor.
Causas médicas
Para algunas personas, la ansiedad puede estar relacionada con un problema de salud oculto. En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son los primeros indicadores de una enfermedad. Si el médico sospecha que la ansiedad que tienes puede tener una causa médica, quizás te indique análisis para buscar los signos del problema.
Algunos ejemplos de problemas médicos que pueden estar relacionados con la ansiedad incluyen los siguientes:
- Enfermedad cardíaca
- Diabetes
- Problemas de tiroides, como el hipertiroidismo.
- Trastornos respiratorios, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma.
- Uso inadecuado de sustancias o abstinencia.
- Abstinencia del alcohol, de medicamentos contra la ansiedad (benzodiazepinas) o de otros medicamentos.
- Dolor crónico o síndrome de intestino irritable.
- Tumores poco frecuentes que producen hormonas de reacción de “luchar o huir”.
- En ocasiones, la ansiedad puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos.
Es posible que la ansiedad que te aqueja esté causada por una enfermedad oculta en los siguientes casos:
- Si no tienes parientes consanguíneos (como padres o hermanos) que tengan trastornos de ansiedad.
- Si no tuviste un trastorno de ansiedad en la infancia.
- Si no evitas ciertas cosas o situaciones a causa de la ansiedad.
- Si la ansiedad se presenta de forma repentina sin estar relacionada con los eventos de la vida o si no tienes antecedentes de ansiedad.
¿Quién está en riesgo de tener trastornos de ansiedad?
Los factores de riesgo para los diferentes tipos de trastornos de ansiedad pueden variar. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias son más comunes en las mujeres, pero la ansiedad social afecta a hombres y mujeres por igual. Existen algunos factores de riesgo generales para todos los tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
Estilo de crianza. También hay factores relacionados con el estilo de crianza que pueden generar una predisposición a desarrollar un trastorno de ansiedad. Un vínculo inseguro entre el bebé y sus cuidadores (por ejemplo, no satisfacer las necesidades del menor cuando hace demandas, aplicar un estilo de crianza contradictorio o no transmitirle seguridad ni amor incondicionales), así como un estilo de crianza excesivamente autoritario o demasiado sobreprotector, están relacionados con una mayor vulnerabilidad a tener estos trastornos.
Trauma. Los niños que soportaron maltratos o traumas o que presenciaron eventos traumáticos tienen mayor riesgo de manifestar un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas. Los adultos que atraviesan un evento traumático también pueden manifestar trastornos de ansiedad.
Estrés debido a una enfermedad. Tener un problema de salud o una enfermedad grave puede causar gran preocupación acerca de cuestiones como el tratamiento y el futuro.
Acumulación de estrés. Un evento importante o una acumulación de situaciones estresantes más pequeñas de la vida pueden provocar ansiedad excesiva, por ejemplo, la muerte de algún familiar, estrés en el trabajo o preocupaciones continuas por la situación financiera.
Personalidad. Otro factor que en ocasiones puede ayudar a desarrollar un trastorno de ansiedad es la «forma de ser» de una persona. Personas con una tendencia a la inhibición y la timidez pueden tener una mayor tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad. No obstante, hay que recordar que no existe ningún factor de riesgo que sea determinante por sí solo en la aparición de estos trastornos. Además, de cara a la intervención los factores de riesgo no son tan importantes como los factores que ayudan a mantener el trastorno. Estos últimos son el foco de la intervención psicológica y hay que modificarlos para conseguir buenos resultados, independientemente de las causas del trastorno.
Otros trastornos mentales. Las personas que padecen otros trastornos mentales, como depresión, a menudo también padecen un trastorno de ansiedad.
Antecedentes familiares. Existe un componente familiar en el desarrollo de algunos trastornos de ansiedad, lo que implica que si una persona tiene alguno de estos trastornos sus familiares tienen más probabilidad de tenerlo también. Esto no quiere decir que los hijos de una persona con un trastorno de ansiedad lo desarrollen.
Drogas o alcohol. El consumo o el uso indebido o la abstinencia de drogas o alcohol pueden provocar o empeorar la ansiedad.
Tratamiento de los trastornos de ansiedad
Autoayuda
Usted pudiera efectuar algunos cambios en su estilo de vida para disminuir la ansiedad. Por ejemplo, participar a menudo en alguna actividad física, evitar estimulantes tales como el cigarrillo y el alcohol, así como llevar una dieta saludable, son medidas que pueden aliviar sus síntomas.
Comunicarse y hablar con otras personas que sufran de trastornos de ansiedad, a través de asociaciones benéficas y grupos de pacientes, puede ser una buena fuente de apoyo y asesoramiento. Su médico de cabecera pudiera informarle acerca de los servicios disponibles en su área.
Terapias de conversación
Su médico de cabecera pudiera referirlo(a) a un asesor psicológico o terapeuta para recibir tratamiento.
Hablar de sus problemas con un asesor psicológico podría ayudarle a afrontar mejor su ansiedad. El asesoramiento psicológico puede serle particularmente beneficioso si usted sufre de un trastorno de pánico, una fobia social o un trastorno de ansiedad generalizada, en especial a corto plazo, pero no es adecuado para todas las personas.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento psicológico a corto plazo. La TCC ayuda a contrarrestar la conducta, los pensamientos y los sentimientos negativos, y resulta particularmente adecuada si usted tiene problemas tales como fobias o ataques de pánico.
Medicamentos
Hay diferentes tipos de medicamentos que pueden usarse para tratar los trastornos de ansiedad. Según el grado en que le afecte la ansiedad, su médico de cabecera pudiera recetarle alguno de los siguientes medicamentos.
Las benzodiazepinas pueden usarse para aliviar a corto plazo la ansiedad grave. No se recetan para uso a largo plazo por el riesgo de adicción.
Los antidepresivos pueden tomarse solos para la ansiedad crónica o en combinación con una benzodiazepina.
Los betabloqueadores pueden menguar algunos de los síntomas físicos, tales como las taquicardias o palpitaciones y los temblores. Sin embargo, no ayudan a aliviar los síntomas psicológicos de la ansiedad.
Consulte siempre a su médico, y lea el prospecto de información al paciente que viene con el medicamento.
Terapias complementarias
Algunas técnicas de relajación, tales como la meditación o los ejercicios de tai chi o de yoga de bajo impacto, pueden ayudarle a lidiar con la ansiedad. Sin embargo, no existen suficientes estudios que indiquen que estos tipos de terapia sean eficaces. Usted debe siempre consultar a su médico de cabecera antes de iniciar cualquier terapia o tratamiento complementario.