Los principios de fe y confianza son fundamentos de seguridad y responsabilidad para la práctica de las ciencias económicas; resultan ser normas básicas y normas para el desarrollo y crecimiento de las naciones; son necesarias para una práctica efectiva de virtudes y valores que deben poseer los hombres para alcanzar éxitos, con desarrollo sostenido con miras al crecimiento de los emprendimientos que son realizados. Así, quienes asumen posiciones de gobierno de naciones tienen la obligación moral de alcanzar situaciones en las que los pueblos crean, confíen, abriguen esperanzas y seguridad en lo que vayan a emprender.
Los pueblos que han logrado su libertad basan sus principios en la justicia y la institucionalidad, que adquieren mayor fortaleza con una vida en democracia para gobernantes y gobernados. Está probado que la libertad, al tener las otras condiciones de vida, requiere de inversiones humanas que tienen sustento y fortaleza en lo financiero y tecnológico; en otras palabras, tiene vigencia por la calidad, capacidad y cantidad de su riqueza humana que, a su vez, cuenta con los debidos aportes económico-financieros y tecnológicos que conforman las empresas con el fin de fortalecer su economía y agrandar las fronteras de su desarrollo y crecimiento armónico y sostenido.
Pero todo ese conjunto de fortaleza y capacidad de las naciones radica en que la justicia sea sustento y garantía, en que sea administrada debida, honesta y responsablemente con la vigencia de los términos constitucionales, las leyes y normas pertinentes. La justicia no puede ni debe tener debilidades ni quebrantos morales de ninguna especie para que sea efectiva, idónea, competente, coherente, eficaz, honrada y responsable. Si la justicia no es poseedora de esas cualidades y condiciones, no es justicia plena y deja dudas sobre su idoneidad y capacidad para ser administrada debidamente en la sociedad.
Toda inversión se fundamenta en la fe y la confianza, en la creencia de que todo ser humano posee dignidad y responde por ella ante la comunidad. Cuando la justicia tiene la mínima resquebrajadura, se debilita y da lugar a no ser confiable ni merecer fe y respetabilidad de la colectividad a la que debe servir. Cuando hay inseguridad jurídica, automáticamente las inversiones pierden bases de sustentación y, además, el país en el que se confiaba pierde crédito y fe y no merece ser depositario de dinero, tecnología y valores humanos.
Es, pues, importante que el gobierno cuide los valores de sustentación que posea el Estado, porque de ellos depende el futuro y, muy especialmente, la formación de profesionales que deben ser salvaguardas de la seguridad jurídica y fortalezas de la institucionalidad.
Inseguridad jurídica perjudica inversiones
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