miércoles, diciembre 4, 2024
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La ansiedad y su repercusión en la vida diaria

Por: Equipo editor

 

Tomando en cuenta la definición sobre ansiedad que brinda la Asociación Estadounidense de Psicología, la cual la describe como “una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos angustiantes y cambios físicos como el aumento de la presión arterial”.

 

Los trastornos de ansiedad forman una categoría de diagnósticos de salud mental que provocan nerviosismo excesivo, miedo, aprehensión y preocupación.

 

Estos trastornos alteran la forma en que una persona procesa las emociones y se comporta, causando también síntomas físicos. La ansiedad leve puede ser vaga e inquietante, mientras que la ansiedad severa puede afectar seriamente la vida cotidiana.

 

Conocer la diferencia entre los sentimientos normales de ansiedad y un trastorno de ansiedad que requiere atención médica puede ayudar a una persona a identificar y tratar la afección.

 

Existen diferentes tratamientos contra la ansiedad

 

Existen tratamientos especializados que consisten en una combinación de psicoterapia, terapia conductual y medicación; sin embargo, también se observan a diario diferentes técnicas y tratamientos más naturales y muchos de ellos pueden ser realizados sin supervisión médica o de otro especialista.

 

Autotratamiento

 

En algunos casos, una persona puede tratar un trastorno de ansiedad en casa sin supervisión médica. Sin embargo, esto podría no ser eficaz para los trastornos de ansiedad graves o prolongados.

 

Hay varios ejercicios y acciones para ayudar a una persona a lidiar con trastornos de ansiedad más leves, más enfocados o a corto plazo, que incluyen:

 

Control del estrés. Aprender a manejar el estrés puede ayudar a limitar los posibles desencadenantes. Organiza cualquier actividad que te cause presión o alguna fecha límite, elabora listas para hacer que las tareas abrumadoras sean más manejables y comprométete a tomarte un tiempo libre del estudio o del trabajo.

 

Técnicas de relajación. Las actividades sencillas pueden ayudar a calmar las señales mentales y físicas de la ansiedad. Estas técnicas incluyen meditación, ejercicios de respiración profunda, baños largos, descansar en un lugar oscuro y practicar yoga.

 

Ejercicios para reemplazar pensamientos negativos por positivos. Haz una lista de los pensamientos negativos que podrías estar teniendo como resultado de la ansiedad, y escribe otra lista junto a ella que contenga pensamientos positivos y creíbles para reemplazarlos. Crear una imagen mental de enfrentar y conquistar con éxito un miedo específico también puede proporcionar beneficios si los síntomas de ansiedad se relacionan con una causa específica, como una fobia.

 

Red de apoyo. Habla con personas conocidas que te apoyen, como un familiar o un amigo. Los servicios de grupos de apoyo también pueden estar disponibles en el área local y en línea.

 

Ejercicio. El esfuerzo físico puede mejorar la autoestima y liberar sustancias químicas en el cerebro que desencadenan sentimientos positivos.

 

Consejería. Una forma estándar de tratar la ansiedad es la consejería psicológica. Esto puede incluir terapia cognitivo-conductual, psicoterapia o una combinación de terapias.

 

Terapia cognitivo-conductucal

 

Este tipo de psicoterapia tiene como objetivo reconocer y cambiar los patrones de pensamiento dañinos que forman la base de los sentimientos problemáticos y de ansiedad. En el proceso, quienes practican la terapia cognitivo-conductucal esperan limitar el pensamiento distorsionado y cambiar la forma en que reaccionan a objetos o situaciones que desencadenan ansiedad.

 

Por ejemplo, un psicoterapeuta que proporciona terapia cognitivo-conductucal para el trastorno de pánico tratará de reforzar el hecho de que los ataques de pánico no son realmente ataques cardíacos. La exposición a miedos y desencadenantes puede ser parte de la terapia cognitivo-conductucal. Esto anima a las personas a confrontar sus miedos y ayuda a reducir la sensibilidad a sus desencadenantes habituales de ansiedad.

 

Medicamentos

 

Una persona puede apoyar el manejo de la ansiedad con varios tipos de medicamentos.

 

Los medicamentos que podrían controlar algunos de los síntomas físicos y mentales incluyen antidepresivos, benzodiazepinas, tricíclicos y betabloqueantes.

 

Benzodiazepinas. Un médico puede recetarlas para ciertas personas con ansiedad, pero pueden ser altamente adictivas. Estos fármacos tienden a tener pocos efectos secundarios a excepción de la somnolencia y la posible dependencia. Diazepam, o Valium, es un ejemplo de una benzodiazepina comúnmente recetada.

 

Advertencias de la FDA

 

Las benzodiazepinas llevan una advertencia en un recuadro negro. Esta es la advertencia más seria de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Una advertencia, en un recuadro negro en la caja, alerta a los médicos y a los pacientes sobre efectos de los medicamentos que pueden ser peligrosos.

 

Tomar benzodiazepinas con opioides aumenta el riesgo de somnolencia grave, depresión respiratoria, coma e incluso la muerte. El alprazolam no se debe tomar con un opioide a menos que no haya otras opciones de tratamiento disponibles.

 

El uso de benzodiazepinas, incluso según lo recetado, puede conducir a la dependencia física y efectos secundarios si dejas de tomar el fármaco de forma repentina. La abstinencia repentina puede poner en peligro la vida.

 

Tomar benzodiazepinas también puede conducir al mal uso y la adicción. El uso indebido de benzodiazepinas aumenta el riesgo de sobredosis y muerte.

Solo toma benzodiazepinas siguiendo las indicaciones de tu médico. Habla con tu proveedor de salud si tienes alguna preocupación acerca de tomar este fármaco de manera segura.

 

Antidepresivos. Estos comúnmente ayudan con la ansiedad, aunque también abordan la depresión. Las personas suelen usar inhibidores de la recaptación de serotonina, que tienen menos efectos secundarios que los antidepresivos más antiguos, pero es probable que causen nerviosismo, náuseas y disfunción sexual cuando comienza el tratamiento.

 

Otros antidepresivos incluyen fluoxetina, o Prozac, y citalopram, o Celexa.

 

Tricíclicos. Esta es una clase de fármacos más antiguos que los inhibidores de la recaptación de serotonina, y proporcionan beneficios para la mayoría de los trastornos de ansiedad distintos del trastorno obsesivo compulsivo. Estos fármacos pueden causar efectos secundarios, como mareos, somnolencia, sequedad de boca y aumento de peso. La imipramina y la clomipramina son dos ejemplos de tricíclicos.

 

Los fármacos adicionales que una persona podría usar para tratar la ansiedad incluyen:

 

  • inhibidores de la monoaminooxidasa
  • betabloqueantes
  • buspirona

 

Habla con tu médico si los efectos adversos de cualquier medicamento recetado se vuelven graves.

 

Consejos de estilo de vida para enfrentar la ansiedad

 

Estos son algunos consejos para que puedas controlar el estrés y la ansiedad:

 

Conoce los signos

 

Si sabes cuándo reconocer los signos de lo que te estresa o te da ansiedad, puedes hacer algo al respecto. El dolor de cabeza, la incapacidad para dormir o comer en exceso pueden ser señales de que es hora de tomar un descanso o pedir ayuda.

 

Conoce tus desencadenantes

 

Si puedes aprender a reconocer lo que te hace sentir ansioso, puedes abordarlo. ¿Quizás has asumido demasiadas responsabilidades? ¿Puedes pedirle ayuda a alguien? ¿El café o el alcohol lo empeora? Considera ponerle un alto a estas situaciones.

 

Dieta

 

Un estilo de vida ocupado puede resultar en consumir demasiada comida rápida o hacer muy poco ejercicio. Trata de tomarte el tiempo para sentarte a comer de forma saludable, o lleva un almuerzo casero con muchas frutas y verduras frescas a la oficina, en lugar de ir por una hamburguesa.

 

Haz ejercicio

 

Mantenerse sentado por mucho tiempo frente a la pantalla de una computadora o mientras conduces trae consecuencias. Trata de tomar un descanso de 30 minutos y camina una vez al día para aumentar tu sensación de bienestar.

 

Aprende algunas técnicas de relajación

 

La respiración en el yoga, la meditación y otras estrategias pueden ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad. Existe cierta evidencia de que el uso de aromaterapia puede ayudar a reducir el estrés, aunque se necesitan más investigaciones.

 

Prueba involucrarte en una nueva actividad

 

La música, la meditación, la jardinería o unirte a un coro, un grupo de yoga, pilates o de otro tipo pueden aliviar el estrés y ayudarte a que dejes de pensar en tus preocupaciones por un tiempo. Puedes conocer personas con preocupaciones similares con las que puedas compartir tus sentimientos.

 

Incremento de las relaciones sociales

 

Pasa tiempo con amigos y familiares, o encuentra un grupo donde puedas conocer a otros, por ejemplo, haz voluntariado o únete a un grupo de apoyo. Es posible que descubras que en esos espacios pueden brindarte apoyo emocional y práctico y, además, puedes dejar de pensar en el problema que te aflige.

 

Establece metas

 

Por ejemplo, si te sientes abrumado por problemas financieros o administrativos, siéntate y haz un plan. Establece objetivos y prioridades y márcalos a medida que los resuelves. Un plan también te ayudará a decir “no” a los requerimientos adicionales de otros para los que no tienes tiempo.

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