jueves, septiembre 5, 2024
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Salud, educación y desarrollo, nuestras urgencias de siempre

Somos un país pobre y subdesarrollado; sabemos de nuestras falencias y necesidades; todos los gobiernos, sin excepción, al asumir el poder y en ejercicio de él, prometen emprender campañas que nos ayuden a cumplir tres condiciones imprescindibles para alcanzar las metas propuestas. Sin embargo, muy poco se hace por cumplir lo prometido y se descuida esas tres condiciones de vida que son alcanzar buenos niveles de salud, mejorar sustancialmente la educación y producir más y mejor todo lo que hacemos, con el propósito de aumentarlo, mejorarlo y lograr producción que nos permita cubrir las necesidades internas y lograr remanentes que sean destinados a la exportación.

En criterio de la política partidista –en mayor grado cuando se está en funciones de gobierno– lamentablemente se prioriza todo lo que el partido dispone y, según sus cúpulas partidistas, bajo la creencia de que “todo se alcanzará con el tiempo”; pero ese tiempo siempre es corto y llega a un final en que se prueba cuán poco se ha cumplido.

Es urgente que este gobierno –más que cualquier otro del futuro– dé los pasos precisos para empezar el cumplimiento de los tres propósitos y que lo haga sería meritorio, porque dejaría una estela de buen gobierno al empezar a cumplir algo que debió ser encarado hace muchas décadas: salud. Hace mucho tiempo se habló de un incremento del l0% en el presupuesto, pero muy poco se sabe de los resultados de ese propósito, especialmente en este tiempo de pandemia, cuando, con seguridad, se requerirá aumentos sustanciales en los presupuestos para continuar una guerra que se hace interminable.

Mejorar radicalmente todo lo referido a la educación, es otro punto sustantivo, pero, a poco de conocerse proyectos de reestructuración de la formación de maestros y conformación de “currículas” educativas modernas, que estén a la altura de los logros de otros países, casi no hemos avanzado. Finalmente, hay conciencia de que las inversiones, internas y foráneas, son necesarias; pero con las gestiones realizadas en el exterior (especialmente EEUU y Gran Bretaña) no se logró atraerlas. ¿Qué se hizo? Bien o mal, podemos decir que nada realizado y mucho propuesto, pero pospuesto indefinidamente.

El gobierno, conociendo la realidad nacional en todos los aspectos de su economía, bien podría avanzar en la realización de estos fundamentales requisitos para salir de la excesiva pobreza y alcanzar buenos índices de desarrollo; pero hay que convenir que todo es posible siempre que las condiciones de eficiencia, eficacia y responsabilidad acompañen en la realización, por ejemplo, de todo lo que se debería hacer en el campo de la salud y en la iniciación de todo lo referido a la educación. La producción es lo que se debe alcanzar en el mediano plazo, pero empezando ya, abandonando la demagogia y el populismo que han hecho tanto daño al país y no sería raro que el actual gobierno reciba los respectivos contagios. Por supuesto, el sector privado cumplirá su parte en todo el plan, siempre con el apoyo decidido de las autoridades de la nación.

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