Venta de vehículos y autopartes en ferias requiere mayor control

El robo de vehículos hace muchos años dejó de ser un problema urbano, para internarse sobre todo en áreas rurales, donde en algunas ferias populares se permite el asentamiento de personas dedicadas a ofrecer autopartes de dudosa procedencia, al igual que vehículos con registros irregulares o sin placas, pretendiendo ser confundidos con los motorizados de contrabando, más conocidos como chutos.
Parodiando la frase bíblica: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”, podríamos decir que, si alguien nada compró en esas ferias, que lance la primera piedra, porque muchos ciudadanos hemos tratado de adquirir autopartes o vehículo de ocasión. Pero ese afán ciudadano es aprovechado por organizaciones delictivas para que pongan a la venta vehículos robados.
Según informe de enero a octubre de la presente gestión en Santa Cruz de la Sierra, han sido registrados en la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) 618 motorizados sustraídos y 1.845 autopartes robadas, por lo cual se logró detener a 38 personas involucradas en estos delitos.
Haciendo comparaciones con el pasado año, se puede establecer que en 2020 hubo 555 denuncias de robo de motorizados y 1.715 por la sustracción de autopartes, siendo detenidas por estos delitos 31 personas supuestamente involucradas. Por ello en cada gestión se registra un aumento del 10% en robo de vehículos y un 7% en robo de autopartes. Se suele confundir esos robos con la venta de autos indocumentados o chutos, y la venta de autopartes como elementos de internación de otros países.
Muchos motorizados son sustraídos o autopartes robados por los “auteros” (asociación delictiva), en algunos casos con muerte de personas, agravando más la comisión de un delito. Tales robos son para desmantelar los vehículos y acomodarlos como autopartes, sobre todo en ferias muy grandes, como la 16 de Julio en la ciudad de El Alto u otras ferias en otros departamentos del país.
Por esa razón se requiere hacer operativos de control no solo por parte de la policía, sino por organismos de Municipios y Gobernaciones, quienes deben registrar a quienes se instalan en estos espacios y evitar la estafa a más víctimas. Quien adquiere un motorizado y no sabe que debe ser revisado por Diprove antes de la compra, al poco tiempo puede ser capturado por las instancias de control, al tener registro de vehículo con denuncia de robo, por ser remarcado o con documentación fraguada, perdiendo de esta manera no sólo dinero, sino un instrumento de trabajo y hasta verse involucrado incluso en la muerte del conductor.
Por este extremo no es suficiente un operativo de control, sino diferentes sistemas interinstitucionales que se deba aplicar fuera del registro de vendedores de repuestos y motorizados en todo el país.