domingo, septiembre 1, 2024
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Viviana Gonzales

Nuestra guapísima invitada de hoy en Cvltvral es una poeta y dramaturga nacional que ha cursado estudios en Periodismo, Arte y Seguridad Internacional en la Universidad Carlos II de Madrid; Universidad Complutense de Madrid y la UNED y el Instituto Gutiérrez Mellado. Fue Premio Nacional de Literatura en Poesía en 2019 por su poemario “Hay un árbol de piedra en mi memoria”. Uno de sus grandes intereses profesionales se orienta a promover la lectura entre los jóvenes. Es tallerista y docente de literatura y a lo largo de su carrera ha escrito piezas de teatro, monólogos y, actualmente, se adentra en el cuento en verso para niños, así como en su continua labor como poeta… sean todos bienvenidos al show.

¿Te animas a decirnos a grandes rasgos quién es Viviana?
Soy mamá, mi rol más importante. Soy poeta. Soy MUJER y lo digo con mayúsculas porque es a partir de mi feminidad como concibo la vida. También soy latinoamericana que es la región del mundo a la que pertenezco y me encanta serlo porque eso implica color, sabor, música, cultura, dioses.

Seguro eras pequeña pero tal vez lo recuerdas ¿Cuál fue el primer libro que tuviste entre manos?
Mi mamá dice que les leía una y otra vez la Caperucita Roja, no leía, repetía lo que ellos leían. Yo recuerdo que uno de mis mayores anhelos era leer. Preguntaba a todos qué decía en los carteles luego memorizaba y cuando pasaba por ahí decía: “Yo sé leer y les decía lo que en realidad solo era memoria”. Aprendí muy rápido en la escuela, era lo que más quería. El libro que recuerdo con gran cariño es “Cuentos de terror para niños. De almas, duendes y aparecidos” de Antonio Paredes Candia, lo leí una y otra vez y siempre vuelvo a él; sobre todo hay dos historias que viven en mí, Bernita de Chorquecamiri y Pansayta Khopuay.

¿Qué es lo más importante de escribir en cuanto al compromiso con el lector?
Escribir es desnudarse. Es ser auténtico. Es ser libre. No escribes para caer bien a la gente, no escribes para que digan “wow”, escribes porque necesitas hacerlo y eso hace de este oficio algo auténtico, tuyo.

¿Cómo te gustaría que recuerden tu obra cuando ya no estés físicamente presente?
Me gustaría que la gente pueda disfrutar de la literatura como lo he hecho yo. Me gustaría que sepan que la poesía existe todos los días. Que caminar y oler algo es poesía, que el café de la mañana lo es, que el abrazo es poesía, que la charla de la señora en el minibús a quien no conoces es poesía. Que hay historias que se quedan en ti y que hay personajes a los que llevas en tu corazón. Por ejemplo, pienso en Cosimo Piovasco, un personaje de ficción de Ítalo Calvino, siempre está conmigo y vuelvo a él cuando lo necesito. Pienso en mi amada Remedios la bella elevándose al cielo; en el café al que iba Pereira a comer su omelette con limonada y cuando como omelette siento que él habita en mí porque pienso en él. Visito algunos lugares e imagino a algunas obras o autores, son juegos que hago sola. Recuerdo un bar en la Ciudad de México, cerca de mi casa que yo decía ahí encontraré una tarde a Hemingway y charlaremos y siempre iba y lo buscaba y jugaba a que un día realmente lo iba a ver; todas esas cosas mágicas logra la literatura.

¿Cuántos trabajos llevas impresos a la fecha?
Dos míos y los dos de poesía, “Hay un árbol de piedra en mi memoria” y “Canto de un pájaro de fuego” pero también aparezco en tres o cuatro antologías de poesía y teatro en México.
Sabemos que gustas de variar tanto temas como géneros en tu obra ¿Cuál es el género que más disfrutas a la hora de crear?
No puedo negar que la poesía siempre encuentra la forma de visitarme.

¿Y qué género nunca has ahondado y es uno de tus pendientes profesionales?
La novela me da miedo; no se qué decir en tantas hojas.

Eres una activista, valga el término, de promover la lectura en jóvenes ¿Cómo promueves la misma y qué es lo más satisfactorio de hacerlo?
Una de las cosas que más me gusta hacer es trabajar con jóvenes; me gusta escucharlos, me gusta su rebeldía, su inconformismo. Trabajo haciendo lo que amo y le meto toda la pasión que hay; puedo decir que siempre que terminan mis talleres me quedo con amigos para toda la vida, siempre me dicen “me gustó mucho, muchas gracias” y yo soy feliz, soy realmente feliz. Los escucho y recuerdo a la Viviana de catorce años que quería cambir el mundo, que quería ser poeta. Quizá no cambié el mundo, pero con que un cuento que yo les lea toque algo de su vida es que algo en el mundo se ha transformado y me quedo satisfecha.

¿Cómo has visto las recientes ferias de libro en el país tras la pandemia?
No he estado en ellas pero lo que sí puedo decir es que me alegra mucho que cada vez hay más jóvenes escritores bolivianos y que la gente los está leyendo.

¿Cómo ha sido la recepción de tu más reciente obra “Canto de un pájaro de fuego”?
Tuve una presentación en La Paz con dos amigos escritores a quienes quiero mucho; conocí en persona a mis alumnos de talleres en Bolivia, gente que no conozco me escribió solicitando mi libro. La poesía no vende y ese es un hecho aquí y en el mundo entero, pero, aún así, hay que seguir haciendo poesía. Solo UN lector nos cambia la vida a los poetas, uno, nada más. Que alguien te lea hace que todo valga la pena. Siempre agradezco a la gente que compra mis libros, por su tiempo, por su interés.

En lo que queda de este 2021 ¿Está en tus planes publicar algún trabajo nuevo o más bien estás en proceso de escribir uno?
Estoy esperando el resultado de dos concursos, ¡qué nervios! pero si eso no sale bien (puede pasar, es lo más normal) comenzaré a buscar una casa editorial para el proyecto más ambicioso y que más cariño le tengo que es un cuento infantil en verso. Además, estoy escribiendo algunos poemas sueltos enfocados en dioses.

Checklist:

3 libros inolvidables:
– Lituma en Los Andes de Mario Vargas Llosa
– Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi
– 2666 de Roberto Bolaño

3 discos para toda la vida:
– Adiós Nonino de Astor Piazzolla
– 30 años de Mercedes Sosa
– La banda sonora de Cinema Paradiso de Ennio Morricone

3 escritores que más admires:
– Roberto Bolaño
– Alejandra Pizarnik
– Gabriel García Márquez

3 cosas imprescindibles en la vida:
– Café, perritos y la comida boliviana y mexicana

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