¿Una burocracia digitalizada?

La administración pública está encaminada a mejorar la calidad de vida, al vivir bien y el vivir mejor de cada ciudadano. A partir del desarrollo individual, la sociedad podrá lograr objetivos planteados por el gobierno y se hará efectiva la gobernanza y gobernabilidad, puesto que, a través de las herramientas otorgadas por el Estado a las entidades públicas, lograrán una cooperación entre los actores no estatales y los ciudadanos, hasta finalmente llegar a un orden social.
La eficiencia es uno de los principales objetivos de la administración pública, es decir cumplir un trabajo eficaz, logrando alcanzar las metas de cada institución, a través de una labor eficiente y técnica. Sin embargo, una de las grandes dificultades de las entidades públicas es la ralentización de los trámites, la pérdida de documentación por la utilización de registros o sistemas de bases de datos que han quedado obsoletos, y al atravesar por estos contratiempos provocan la disminución de la efectividad de los funcionarios y servidores públicos y de esta manera los objetivos planteados se tornan difusos.
En la actualidad, la utilización de herramientas manuales en la administración pública es superfluo. Se mal utiliza el trabajo físico del hombre que podría estar innovando, desarrollando y objetivando otras tareas importantes del Estado, que están a la espera de su cumplimiento.
El uso de las tecnologías de Información y Comunicación logra simplificar las actividades físicas del hombre y ayuda a que el sistema logre mayor celeridad en la administración pública. Otorga al ciudadano un mayor entendimiento con el Estado, puesto que a través de las plataformas digitales se desarrollará cada entidad pública. El ciudadano podrá hacer un control social y tener más conocimiento sobre las tareas principales de cada entidad. Por otra parte, las entidades públicas tienen un sistema independiente, donde registran sus documentaciones para evitar su pérdida y algunos trámites se realizan por internet para evitar realizar largas filas.
Se ha podido percibir que la implementación de Gobierno Digital se ha desarrollado de manera más presurosa a partir de la llegada del covid-19, si bien ya algunos trámites se los podía hacer por internet. Durante el confinamiento se ha visibilizado la necesidad imperiosa de innovar para que los ciudadanos tengan la posibilidad de realizar sus trámites por internet. Efectivamente, existe un gran contraste entre la situación actual y lo que se hacía antes de la pandemia, puesto que uno de los grandes cambios, producto del covid-19, es el teletrabajo de los funcionarios y servidores públicos, por lo que enfrentaron bastantes complicaciones al adoptar las innovaciones de la digitalización. Y es que los ciudadanos deben poder acoplarse a la nueva realidad.
Sin embargo, al no hacer buen uso de las tecnologías de parte de los funcionarios públicos, existirá un retroceso, pues las tareas estarán enfocadas a enmendar sus errores y no así a contribuir a la desburocratización de la administración pública. Por tanto, si la ciudadanía no es informada sobre el manejo de la digitalización de los trámites, seguirán habiendo largas filas, morosidad y otros problemas.