martes, septiembre 3, 2024
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Nuevo rol de la investigación en la práctica docente

Los rápidos cambios sociales y tecnológicos exigen la construcción de nuevas imágenes de la práctica social. Se piensa que la indagación realizada por los entes de estas instituciones puede constituirse en una de las herramientas de cambio y mejora en la calidad organizacional.
En el ámbito educativo, cualquier profesional de la docencia vinculado al mundo de las instituciones está llamado a desempeñar un papel clave como investigador de su propia práctica, con la finalidad de mejorar su formación, su desempeño en el aula, escuela y comunidad, en la búsqueda de un cambio organizacional hacia una transformación sociocultural.
La investigación debe despertar la curiosidad, la reflexión, el cuestionamiento, la duda, las bases fundamentales de toda genuina investigación. De ello se deduce que la investigación será educativa si permite que los participantes involucrados desarrollen nuevas formas de comprensión y si están formados para emprender caminos propios de reflexión autónoma y compartida sobre el sentido de la práctica y las posibilidades de mejorarla.
En el contexto educativo puede considerarse como un encuentro entre personas, es una actividad ética que requiere de continua reflexión y cuestionamiento, para ello no puede reducirse a una actividad técnica, debido a la profundidad del proceso. En ella participan docente, estudiantes, comunidad, en la cual el docente actúa con todo lo que él es como sujeto, es decir, su comportamiento está enmarcado en sus creencias, actitudes, costumbres y entorno. De igual manera el alumno recibe información y la procesa de acuerdo con sus experiencias, costumbres y entorno, por ello el proceso de aprendizaje es una situación incierta, única, cambiante, compleja y presenta conflicto de valores, tanto en la definición de las metas como en la selección de los medios.
Por esto, es urgente que el docente logre estimular en los estudiantes la curiosidad de saber, preguntar, explorar, comprobar, experimentar, perfeccionar, aprender por deseo, no por miedo u obligación. Tiene que fomentar en ellos el sano hábito de dudar, debe enseñarlos a construir, formular y expresar con libertad sus preguntas, ayudarles a razonar, comprender, argumentar, defender su punto de vista, aceptar y respetar posturas diferentes, a ver el asunto tratado desde diversos ángulos. Se debe combatir la memorización mecánica, a favor de un aprendizaje integral-significativo, basado en la comprensión, razonamiento, explicación y descripción de los hechos.
Se hace necesario que el docente tenga formación sobre los tipos de investigación, aunque el más ajustado a la realidad y al proceso de aprendizaje en el aula y escuela es el de la investigación acción, aunado a la reflexión sobre su práctica.
La investigación acción, en un sentido amplio, es una indagación de la práctica social que se interesa por generar conocimiento al servicio de dicha práctica, según Argyris y Schon (1996). Ellos “agregan que el científico de la acción es un intervencionista que busca tanto promover aprendizaje en un sistema como contribuir al conocimiento general”. Pretende llenar el vacío existente entre la ciencia social y la práctica social construyendo teorías que expliquen los fenómenos sociales, informen sobre la práctica y se adhieran a los fundamentos de la ciencia social. La acción debe estar orientada a: crear comunidades de indagación para la reflexión en la acción, la investigación acción como estrategia para el cambio en el hacer docente y la evaluación.
La investigación surge de la necesidad de un cambio frente a problemas existentes en el sistema educativo desde el aula, la solución se enfoca en utilizar los mismos conocimientos del currículo como forma creativa, tomándolo como método y estrategia para realizar la labor de educar.
La Investigación acción requiere que los investigadores trabajen en equipo y se comprometan a efectuar innovaciones, y que crean en la posibilidad de llegar al cambio desde una perspectiva positiva y democrática desde el aula hacia la escuela y la comunidad.
Los estudiantes en proceso de formación docente deben desarrollar competencias investigativas desde las Escuelas Superiores de Formación de Maestros y ejercitarlas en el centro de aplicación, que son las unidades educativas. Con ello el futuro docente podrá resolver cualquier conflicto cognitivo, procedimental o actitudinal en su hacer.

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