Cercano a cumplir 90 años, falleció Carlos Garrett Zamora, ilustre potosino, abogado, hombre de gran cultura y, sobre todo, de carácter apacible. Siguió en la muerte a su hermana Ana María, menor que él.
Recuerdo a Carlos, entusiasta, coleccionando artículos, notas, editoriales y opiniones divulgados en la prensa nacional y, en particular, en EL DIARIO.
Muy alto y delgado, siempre sonriente, a veces con sus dedos pulgares en los bolsillos de su elegante chaleco, tomaba asiento y desde su butaca, hablaba de política y de su tema preferido: la cultura.
Quedamos en vernos antes de la pandemia. Sin embargo, su fallecimiento es un mensaje del nunca jamás, pero a la vez, también de que la cita incumplida será un espacio renovado para recordarlo, por quienes fuimos favorecidos con su leal amistad.
Con Carlos Garrett Zamora se despide, por desgracia, toda una generación de ciudadanos potosinos, cuya meta fue elevar el pendón de nuestra Patria y de transitar con mucho conocimiento, por la cultura nacional.
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