jueves, septiembre 5, 2024
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Sobre nuestros profesionales

Bolivia cuenta con excelentes profesionales, que son motivo de orgullo para el país. Formados en prestigiosas universidades, que gozan del reconocimiento internacional. Formados en consonancia con los tiempos actuales y como una respuesta a los retos del venidero. Quienes piensan lo contrario, que hablen ahora o callen para siempre.
Profesionales con vocación de servicio al país, con amor a su gente. Oriundos del oriente y occidente bolivianos. De diferentes estratos sociales. Con hogares bien establecidos en el territorio patrio. ¿Qué más podemos decir de ellos? No son politiqueros improvisados, ni vividores de un partido político ni oportunistas. Ni cambian con el sol que nace. Son elementos de mucha valía, porque egresaron de las Casas Superiores de Estudio. He ahí la hoja de vida que los destaca. Y las generaciones que vienen transitarán, con seguridad, por esa misma ruta que enaltece. De veras que Bolivia cuenta con recursos humanos de alta calificación.
Ello es un logro del esfuerzo nacional. De la dedicación y perseverancia de la población universitaria. Un logro por que el nada se tiene que envidiar a otras regiones en el mundo. Un logro que emergió pese a la pobreza que asolaba a ciertos sectores sociales. ¿Por qué siempre preferir a los extranjeros?, es la pregunta del millón.
Pero aquellos profesionales son relegados, lamentablemente, en sus justas aspiraciones de un futuro mejor, por los propios bolivianos. Subestimados por quienes se consideraban dueños de Bolivia. No fueron tomados en cuenta por los gobiernos de turno en democracia. Ignorados, posiblemente a propósito, por los “enviados”, que no tenían la menor idea, de aquel movimiento académico. Marginados por el odio, la discriminación y el racismo. Una acción inconcebible y condenable, desde todo punto de vista.
Se ha preferido, como bien conoce la opinión pública, facilitar empleo, oportunidades y responsabilidades, con sustanciosos emolumentos, como si estuviéramos viviendo el tiempo de las vacas gordas, a extranjeros. Se ha inyectado vida a éstos y muerte paulatina a los compatriotas. Es una actitud que irrita, por supuesto. El hecho obedece, en muchos casos, a motivos político – ideológicos. A favoritismo partidario, con ciertos personajes afines a los mandamases. O cumple con directrices que surgen de la oscuridad.
Esa actitud, que menosprecia la capacidad de nuestros profesionales, debería ser superada, para la convivencia armónica. Por el progreso y el bienestar social. Primero debería estar siempre el profesional boliviano y jamás el extranjero, sea de izquierda o derecha. Éste se va y aquél deja sus huesos en territorio patrio. El primero lleva su dinero afuera y el segundo invierte acá.
Habría que desechar la falsa idea de que el extranjero es un “experto”, un “sabihondo”, un “iluminado” o “técnico de renombre”. En muchos casos, éstos son inferiores a los profesionales bolivianos. Los nuestros, para que lo sepan quienes prefieren a foráneos, han quemado también sus pestañas al hacer estudios sistemáticos, de carácter universitario. Y se han actualizado, de acuerdo con las exigencias de los tiempos.
En suma: el profesional boliviano, para mucha honra, es capaz de ratificar sus conocimientos, en cualquier terreno.

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