Dentro de las monarquías o las dictaduras, el que gobierna dicta las leyes y a su vez las ejecuta. Pero la evolución de estas formas de gobierno terminó con la creación de la Democracia. Fue Montesquiu, en su obra “El espíritu de las leyes”, quien dividió el Gobierno en tres órganos: Ejecutivo; Legislativo y Judicial; los mismos que deben ser “independientes”.
Bolivia adoptó el sistema de Gobierno Democrático con los tres órganos ya mencionados y agregó un órgano más, denominado “Electoral”.
La independencia de los órganos “Legislativo”, “Ejecutivo”, “Judicial” y “Electoral” es la base de cualquier democracia. Conocemos todos que el Gobierno actual de Bolivia tiene a su disposición estos cuatro órganos del Estado. Y haciendo un real y profundo análisis de estos cuatro órganos del Estado, el órgano que más le sirve, le beneficia y usa es el “Judicial”. En una verdadera democracia, las leyes que son propuestas por el Poder Ejecutivo pueden ser rechazadas por el Órgano o Poder Legislativo; o viceversa cuando el Órgano Ejecutivo “veta” una ley emitida por el Legislativo. De la misma manera, el Órgano Judicial puede descalificar o anular una ley por ser “inconstitucional”. Pero en la Bolivia actual los innumerables “Proyectos de Ley” que envía el Presidente son aprobadas en la Asamblea Legislativa sin objeción alguna, al extremo de denominarlas a algunas de ellas como “leyes cortas” que son aprobadas sin discusión.
Ahora bien, dejando a un lado el sentimiento y entrando en la realidad, sabemos que los gobiernos autocráticos dictatoriales modernos, impulsores del Socialismo del Siglo XXI, se mantienen por décadas; pues con la Justicia en sus manos limpian las protestas del pueblo, barren con la oposición política a través de los Fiscales, quienes señalan el supuesto delito y los jueces ordenan el encarcelamiento. El caso más patético es Daniel Ortega en Nicaragua, que mandó a la cárcel a todos los candidatos opositores durante las últimas elecciones nacionales de ese país. Otros ejemplos visibles son los del castrismo cubano, de Nicolás Maduro en Venezuela, gobiernos que no soportan oposición alguna.
Con este Órgano Judicial no solo someten a los opositores, sino que también les sirve para controlar y someter a los otros Órganos del Estado, por ejemplo, los miembros del Poder Electoral pueden ser procesados de la misma manera con juicios inventados. Fue así que durante las últimas elecciones de octubre del año 2020, el pueblo pedía Auditoria a ese proceso electoral, pero con un sin número de pretextos eludieron rotundamente aquel pedido, pues corrían el riesgo de ser enjuiciados. Las instituciones del Estado corren la misma suerte, es el caso de Bolivia, donde muchos generales del Ejército de Bolivia están enjuiciados y actualmente en prisión, por haber participado en la transición de mando a la presidencia de Jeaninne Añez, ante el abandono de funciones, renuncia y huida del entonces presidente, el Sr. Morales.
Lo propio sucede con otra institución de Bolivia, como es la Policía Nacional, en la que también son cerca de diez policías procesados y muchos ya dados de baja de la institución, por haber participado en la Transición presidencial citada. Instituciones que cumplieron con el mandato de la Constitución Política del Estado, establecido en los artículos 243 a 254 de nuestra Constitución, que señalan como misión” defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado”, por parte del Ejército Nacional, y la misión específica de la “defensa de sociedad y la conservación del orden público”, de la Policía Boliviana. Instituciones que actuaron en consecuencia ante la convulsión que originó la pavorosa huida de Evo Morales. Y ni quá decir de las gobernaciones y alcaldías, ya que a la fecha todos los titulares de oposición de estas instituciones están procesados, como los casos en Santa Cruz, Tarija, alcaldías de La Paz y Cochabamba, etc., etc. Esta persecución antidemocrática siempre existió en épocas pasadas, como en la extinta URSS, como en la Cuba actual, la Alemania de Hitler, Chile con Pinochet, Portugal con Salazar, García Meza en Bolivia (testamento bajo el brazo), Idi Amin Dadá y muchos más.
Pero hacían esta labor persecutoria y sojuzgante con la Policía, el Ejército, Control Político o cuerpos paramilitares, allanando domicilios a cualquier hora, tomando presos sin orden judicial alguna, conduciéndolos a la cárcel o a campos de concentración en muchos casos. Pero modernamente se perfeccionó y humanizó esta persecución y encarcelamiento mediante el “Órgano Judicial”, amarrado al Gobierno. Órgano que, inventándose un delito contra el perseguido señalado por el Gobierno, determina su legal encarcelamiento y prisión, Para ello ya no necesitan de la Policía ni del Ejército o de cuerpos paramilitares como en el pasado. Y es que tales personajes fueron sustituidos por los Fiscales y Jueces, quienes en vez de usar un fusil o armas como antes, usan el Código Penal, mostrando al mundo legalidad y humanismo. Con estas ventajas y beneficios que les otorga el Órgano o Poder Judicial amarrado al gobernante, es pecar de ingenuos, crédulos, ilusos y soñadores pensar que en Cuba, Venezuela Nicaragua y Bolivia van a modificar una coma el estado de la Justicia que está bajo su mando
El autor es Abogado.