En tiempos recientes, autoridades económicas han afirmado que la producción interna total país (PIB)t está creciendo y atribuyeron ese hecho a la mejora de la actividad agropecuaria, que habría aumentado en volumen, así como los ingresos de divisas por exportaciones. Sin embargo, mientras esas “optimistas” versiones dicen una cosa, la realdad agraria nacional revela datos pesimistas que niegan las aseveraciones oficialistas.
En efecto, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), analizados por el Instituto de Comercio Exterior (IBCE), en el pasado 2021 varios rubros importantes de la producción agrícola tuvieron un considerable bajón, lo que determinó en general la caída del volumen producido, así como de los ingresos que proporciona alguna exportación. Por tanto, el crecimiento del PIB no tiene los lindos colores con los que se lo pinta.
El derrumbe de la producción agrícola se registró en los rubros de quinua, cacao, palmito, frejol, maíz, plátano, madera y otros, pero en especial de la quinua que se estaba exportando y convirtiendo en fuente de divisas para la economía nacional.
Al respecto, en el año 2020 el país exportó 37,7 millones de kilos de quinua por valor de 92,4 millones de dólares; pero en 2021, ese nivel de producción se redujo, cuando solamente se exportó 28,6 millones de kilos por valor de 61,7 millones de dólares. Ese dato numérico significó una ostensible baja en comparación con los 105 millones de dólares recibidos en 2015 por exportación del grano.
Esas características de la economía de la quinua se deben tanto a factores internos como externos, que se han juntado en uno sola para producir ese descalabro. Pero, en especial, ese aspecto se debe atribuir a causas internas, pues los productores nativos del “grano de oro” no cuentan con las condiciones apropiadas para mejorar su producción, como por el atrasado sistema de distribución de la tierra, la falta de libertad para uso del suelo, por el contrabando, baja productividad, atrasado modo de producción, baja tecnología, etc. Se debe agregar a ello las políticas agrarias de libre comercio y anti-proteccionistas de tipo estatal.
A esos factores de falta de política agraria se agregan los externos, ya que ahora más de cien países producen quinua, con alto rendimiento por hectárea, por lo que han dejado de importar quinua. Además, continúa la caída de los precios y, ante todo, falta una política agraria democrática y se tiene que considerar otros factores políticos que, más a la corta que a la larga, serán motivo de fatales resultados.
Además, es notoria la baja de la producción de otros artículos alimenticios, como revelan las estadísticas oficiales, mientras el contrabando de alimentos crece en forma geométrica y grandes zonas de cultivo de papa, hualusa, fruta y otros han sido erradicadas, para cultivar coca, cuya producción goza de medidas privilegiadas de protección.
Cae la producción agrícola y la quinua
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