miércoles, septiembre 18, 2024
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Enfrentar problemas o eludirlos

Alguna vez en la vida, tarde o temprano, sea en familia, en la escuela, instituto, universidad, en el trabajo, tendremos que enfrentar algún problema, no refiriéndome específicamente a un pleito o riña, de recurrir a la agresión física que, por supuesto, nunca es ni será la mejor opción, sino aquellos que surgen de las propias contradicciones entre los seres humanos, por discrepancias sociales, laborales, estudiantiles, deportivas, políticas inclusive.
Por una tarea escolar que no se hizo a tiempo y el docente, por supuesto, responde con un llamado de atención, añadiendo posiblemente una nota; una empleada que no cumplió con las asignaciones del día, recibe una amonestación; un conductor de bus o taxi que no cumple con las leyes de tránsito, simplemente es multado.
Todos ellos, por una causa u otra, o usted que lee esta columna habitualmente, podrá haber tenido algún día un incumplimiento de lo normado o no, pero que, sin duda, le provocó un problema. ¿Es bueno?, ¿es malo? Tener problemas es algo muy normal, inherente al ser humano y a sus relaciones. Si el estudiante hubiese hecho sus tareas, la empleada hubiera tenido a tiempo la cena lista, y el conductor hubiera respetado las leyes correspondientes, no se habrían buscado un problema.
Sin embargo, cuando se aprende de los problemas, realmente la experiencia no debe conducir a algo amargo, sino al hecho o experiencia, para que el error o el problema no vuelva a repetirse. Resolver problemas dependerá tanto de la forma de ser de cada uno, como de la manera de enfrentarlos. Por ejemplo, cuando solemos resolver un conflicto eficazmente, con ello posiblemente se logre conseguir mantener una buena relación personal y ver los intereses o necesidades de cada uno cubiertos.
Es cierto que tratar de “inmolarse” de una forma directa, siempre ante los problemas, no es correcto, siendo necesario, en aras de buscar una solución adecuada para resolver el conflicto, tratar de elegir el momento y lugar. Un padre que blasfema, porque en ese momento se da cuenta que “sobran los ceros” en el boletín de notas, nunca será propicio, para tratar de justificar el porqué de los malos resultados y menos si la “sorpresa” la recibe en la propia escuela. Siempre será necesario escuchar y entender a la otra parte y a la vez ser escuchado y que lo entiendan a uno.
De esta manera irá surgiendo el sentimiento mutuo que busca solucionar un problema y con ello se va reduciendo el distanciamiento emocional entre ambas partes. Otro elemento importante será la búsqueda de soluciones y opciones ante el problema, para su solución, valorando con ello las consecuencias positivas y negativas de cada una de las ideas que afloren, en el análisis entre las partes.
Por cierto, usted, papá, mamá o tutor, ¿es de los que enfrenta o elude problemas?
Finalmente, el criterio para elegir la mejor opción deberá ser la eficacia en relación con los objetivos de cada uno, el tiempo y esfuerzo requeridos y el bienestar emocional y social que derivan de la misma para la solución del problema.
Por cierto, ¿así usted resuelve sus problemas?

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.

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