Clases presenciales: ¡es otra cosa!

En camino a un hospital; apretujados en un minibús de servicio público, escuché con mucha atención la conversación por demás interesante y realista de dos madres de familia, que con mucha añoranza recordaban incidencias y travesuras que habían cometido en las clases presenciales durante su niñez y juventud estudiosa.
Un de ellas dijo: “Nosotras asistíamos a la escuela sin necesidad de barbijo, alcohol en gel, ni distanciamiento social ni ocho cuartos; jugábamos hasta el cansancio en la hora de recreo, en la salida y en tiempos libres que teníamos. Pero, cumpliendo con nuestros deberes escolares y ayudando a la mamá en los quehaceres domésticos. Ahora nuestros hijos ya no quieren ayudar, duermen hasta tarde, parecen enfermos, nada quieren hacer, esta pandemia nos afectó psicológicamente”.
La otra madre suspirando afirmaba: “Informaron que desde el día lunes los “chicos” volverán a clases presenciales en la ciudad de La Paz”. Y su interlocutora respondía: “Verdad, otra cosa es, pues, con clases presenciales; en clases virtuales no hay aprendizaje, nada están aprendiendo nuestros hijos con el celular. Hay que esperar conexión a Internet a la hora, a veces las megas se acaban rápido, no se escucha la explicación de la maestra; ya no puedo salir de casa y dejar a mis hijos, porque si los dejo no se conectan a clases virtuales”.
Esta tertulia casual entre madres de familia, que en su niñez y juventud también fueron escolares, hace ver objetivamente las dificultades que enfrentan los estudiantes para asistir a clases virtuales. Problema que se agrava, peor aún para los alumnos que no cuentan con medios tecnológicos necesarios, como: Internet, computadora, celular y accesorios, quienes, ante esta realidad precaria, simplemente optan por abandonar la escuela y dedicar tiempo al trabajo informal en mercados o quedarse en el auto encierro domiciliario.
Iniciar actividades educativas presenciales en área provincial y ciudades intermedias (El Alto), desde el 1 de febrero de 2022, fue una medida acertada de los directores distritales de educación, quienes, en estrecha coordinación con las direcciones departamentales de educación, permitieron que miles de niños, niñas y jóvenes del país, nuevamente encuentren el rumbo de su formación integral, asistidos por un profesional que tiene la misión de enseñar e inculcar saberes y conocimientos científicos locales y universales en tiempos establecidos en los planes y programas de estudio.
Entonces, emprender trabajo educativo presencial para las autoridades, docentes y padres de familia ¡es otra cosa!, porque supone que habrá calidad educativa, aprendizajes significativos y enseñanza eficiente, contacto visual cara a cara entre docentes y estudiantes, fluir constante de sentimientos y actitudes positivas de construcción de una nueva sociedad, más solidaria y tolerante a las adversidades tecnológicas y sanitarias que está soportando el mundo.