Por: Valeria Sabater, psicóloga
No importa tu edad o tu experiencia en el campo de las relaciones afectivas. Todos seguimos siendo, de algún modo u otro, novatos en el amor. Estos consejos nos permitirán recordar algunas claves para amar sin sufrir.
Pocas dimensiones presentan tantas complejidades, cabos sueltos y territorios difusos como el campo de las relaciones afectivas. A pesar de ello, nos lanzamos a menudo casi de manera ciega, aun intuyendo que vamos a estrellarnos. Y lo hacemos porque asumimos que amar es algo que merecerá la pena.
Ahora bien, es recomendable integrar algunos aprendizajes, algunos principios básicos a modo de manual de instrucciones. Porque, aunque sea cierto que pocas experiencias son más significativas que enamorarnos, hagámoslo al menos de una manera que nos permita salir bien parados de esa aventura.
Tanto si somos nuevos en el mundo de las citas y los primeros amores como si ya contamos con experiencia, no está de más repasar algunas de esas banderas rojas que nunca deberíamos cruzar. A fin y al cabo, por mucho que avancemos como sociedad, seguimos reforzando ideas distorsionadas sobre el amor y esto nos puede hacer caer en auténticas trampas de la desdicha y la infelicidad.
En una relación de pareja feliz, podemos tener personalidades y características contrarias, pero lo que debe prevalecer son los mismos valores y la capacidad de complementarnos, de saber llegar a acuerdos.
Lecciones para novatos en el amor
Novatos en el amor son los adolescentes, sin duda. En esta etapa todo es nuevo, intenso y apenas ponemos filtros, no hay límites cuando este sentimiento aparece y nos ciega. Consecuencia de ello es que en los últimos años es el aumento del maltrato entre las parejas comprendidas entre los 15 y los 20 años.
Estudios, como los realizados en la Universidad de Carolina del Norte, destacan la presencia de dinámicas de manipulación. Diversos factores, como el mito del amor romántico, refuerzan desde el sexismo hasta dar por válidas conductas de control. Hablamos de dinámicas que podrían evitarse si se facilita una adecuada educación en relaciones afectivas.
Por otro lado, también podemos considerarnos novatos en el amor cuando, después de un largo noviazgo o matrimonio, se da una ruptura y volvemos a la soltería para buscar una nueva relación. En este caso, también nos interesará recordar o actualizar esas dimensiones sobre el buen amor; ese que no duele, ni coarta, sino que nos permite creer.
- Los polos opuestos pueden atraerse, pero no siempre pueden convivir
Esta es una idea que pulula en el manual nunca escrito sobre las relaciones afectivas: los polos opuestos se atraen. Bien es cierto que algo así puede suceder. Los extrovertidos pueden sentirse fascinados por los introvertidos y a la inversa. Un urbanita puede enamorarse de un amante de la naturaleza, y al contrario. Sin embargo, debemos tener cuidado con estos patrones relacionales.
Vivir con una persona que mantiene valores opuestos a los nuestros puede ser algo insufrible. Por tanto, el secreto de las relaciones felices está en la complementariedad y en mantener los mismos ideales, más allá si cada uno tiene un carácter y unas aficiones.
- Recuerda, el amor no lo es todo
Entre las lecciones para novatos en el amor hay una que nadie puede olvidar. La pasión y el afecto no lo son todo en una relación. En realidad, las relaciones felices y estables se basan además en la confianza, la empatía, la buena comunicación, el respeto, etc.
- Cuidado con las sorpresas: ¿qué tipo de relación buscas (y busca el otro)?
¿Relación abierta o cerrada? ¿Somos poliamorosos o lo es nuestra pareja? En el mundo de las relaciones no existen los contratos y los preacuerdos, pero siempre es bueno clarificar qué tipo de vínculo queremos construir.
Dejar claro que buscamos, por ejemplo, un vínculo exclusivo y comprometido con alguien es darle al otro una idea muy clara también de lo que esperamos de él.
- Amar sin presiones: un compromiso no es una obligación
El afecto y el amor deben partir siempre de la libertad, del respeto mutuo y nunca de la presión. Todo vínculo afectivo requiere de un compromiso auténtico del uno por el otro. Sin embargo, en ese lazo no caben las obligaciones, los mandatos o las coacciones.
Una vez que el amor se enciende hay que avivarlo y cuidarlo; si se ejerce cualquier tipo de fuerza, terminará por apagarse.
- Tu pareja no es adivina
Si algo te preocupa, no esperes hasta que tu pareja se dé cuenta. Las personas no leemos mentes, no podemos adivinar lo que le pasa al otro.
El amor, aunque sea mágico, no nos ofrece superpoderes. Por ello, cada vez que te preocupe o moleste algo, háblalo con tu pareja.
La habilidad de saber comunicar y llegar a acuerdos es lo que dará auténtico poder a tu relación.
- El amor auténtico no es incondicional
Que no te engañen. El amor no es incondicional, en realidad, para ser feliz en una relación se necesitan muchas condiciones que deben cumplirse sí o sí.
Debes exigir a la otra persona dimensiones tan esenciales como la sinceridad, el respeto, la empatía, la humildad, la reciprocidad, el compromiso, el afecto, una buena comunicación, etc.
- Tu pareja no es perfecta (y tú tampoco)
Los novatos en el amor son eternos buscadores de la persona perfecta. Es más, a menudo y sin importar su edad y relaciones vividas, siguen con ese anhelo: encontrar el alma gemela, al ser ideal que a todo le dé sentido.
Como seres humanos que somos, la perfección no está en nuestro ADN. Al menos de momento. Todos somos seres falibles, con virtudes y defectos, cometemos errores y aprendemos, al instante podemos ser brillantes, pero en la intimidad a menudo caemos en el estándar, en la rutina y la previsibilidad. No todo son fuegos artificiales.
Evitemos buscar la persona perfecta, busquemos una persona real que calce con nuestros valores, armonice con nuestros deseos, sueños y aficiones.
- El amor es una planta que se marchita si se descuida
Enamorarse es una experiencia sensacional; es como tener miles de burbujas de champán estallando en el corazón. Sin embargo, con el tiempo, el amor puede ir marchitándose por el desuso, la monotonía y el descuido. Lo que no se atiende se apaga y fenece, y con las relaciones afectivas sucede exactamente lo mismo.
Todos los novatos en el amor deben recordar que ningún sentimiento puede darse por sentado. Para que, eso que un día se encendió de manera inesperada se mantenga, hay que reforzarlo y avivarlo cada día.
- El amor durará lo que tenga que durar
Hay amores eternos, y también pasiones de una noche de verano. Una relación no siempre dura lo que uno desea. En ocasiones, por mucho que uno quiera que el vínculo sobreviva, puede llegar el desamor u otros factores que no se pueden controlar.
El amor durará lo que tenga que durar, pero mientras vivamos el presente y el momento con intensidad, dando significado a cada instante. Al fin y al cabo, de eso trata la vida, de dar trascendencia a cada hora y segundo vivido, y si es con amor muchísimo mejor.