Muchas veces hemos tropezado con este vocablo… Sí, tropezado.
Y es que, en los últimos años, hemos leído o escuchado de manera indiscriminada la palabra “Protocolo” y ha llegado demasiado lejos, el mal uso de esta expresión ha deformado su verdadero significado, tergiversando el real y verdadero concepto, restándole la importancia que debiera tener.
Estoy de acuerdo con que más amable y correcto sería escribir: “Muchas veces hemos visto el empleo de este término…”. Pero al encontrarlo de manera exagerada, donde no corresponde, considero que es más un tropiezo que otra cosa.
El protocolo no es saber vestirse, no es saber combinar la corbata con el traje, el protocolo no está relacionado con el tamaño de la cartera que utilizaremos las damas de acuerdo con la hora del día, ni el color del vestido de acuerdo con la ocasión, el protocolo no es lo mismo que “El código de vestimenta o Dress Code”.
No podemos decir que por protocolo el presidente debe vestirse de tal o tal manera, eso en todo caso se relaciona con el saber ser y saber estar.
Tampoco es saber montar una mesa, ya sea formal o informal. No es correcto decir “el protocolo de la servilleta” para saber cómo se la utiliza, o el “protocolo de la mesa” para referirnos a la manera correcta de comer los alimentos o cómo comportarnos en la mesa, tampoco se refiere al uso de los cubiertos o las distintas copas que están sobre la mesa, tampoco es correcto decir el protocolo para comer una centolla, eso no es protocolo, en todo caso el uso de la servilleta, la manera de comer y todo lo que mencione se adecúa a las buenas maneras, al comportamiento social y a la etiqueta.
Si bien la urbanidad, el decoro, el saber ser y el saber estar y los usos sociales están relacionados de manera circunstancial con el protocolo, no significa que sean lo mismo. Simplemente el protocolo no es ser amable, ni cortés con los demás, no es urbanidad, refinamiento, ni buenos modales, el protocolo no es moda o imagen y no es etiqueta.
El protocolo regula la organización de actos públicos o privados, el protocolo es comunicación, por que comunica a través de normas legales o consuetudinarias logrando de manera positiva posicionar el mensaje institucional deseado gracias a la perfecta y minuciosa planificación de cada uno de los detalles del evento, por ejemplo: El protocolo oficial del Estado regula el uso de los símbolos patrios, nuestra bandera e himno nacional, las precedencias y muchos otros aspectos no menos importantes, que dicho sea de paso, estas tareas deben estar encomendadas a personas especializadas, con experiencia y, por supuesto, con amplios conocimientos, para evitar improvisaciones innecesarias que afecten a la imagen de todo un país o en su caso instituciones o empresas.
El protocolo es un conjunto de normas, tradiciones y técnicas, que sirven para regular, planificar, organizar, coordinar y supervisar las ceremonias y sus formalidades y estas pueden ser de carácter oficial, diplomático, militar, institucional, social, etc.
El Protocolo es la normativa o conjunto de reglas que son legisladas o establecidas por los usos y costumbres.
El protocolo no se rompe ni se salta como algunas notas periodísticas expresan, el protocolo es flexible y puede adaptarse de acuerdo con las circunstancias.
Georgette E. Bretel de Aliaga
Escritora y experta
Ceremonial, Protocolo,
Etiqueta y Comportamiento Social