sábado, julio 27, 2024
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Aula invertida, una metodología activa como respuesta a la pandemia

Es importante empezar a pensar en cómo potenciar las habilidades de los estudiantes, tanto en clase como desde casa, y una opción es el aula invertida o flipped classroom. Esto por la necesidad de implementar metodologías activas para involucrar a los estudiantes y lograr un impacto realmente significativo y positivo en su aprendizaje.
El aula invertida o flipped classroom es un modelo pedagógico que tiene como objetivo transferir el trabajo de ciertas actividades y procesos de aprendizaje fuera del aula y aprovechar el tiempo en clase para potenciar otros conocimientos en los que el docente puede ayudar, cumpliendo una función de mediador.
El modelo proporciona a los docentes estrategias para que los estudiantes interactúen en clase con el material que se llevarán a casa de tarea. Posteriormente usan el tiempo en clase para discutir la nueva información y poner esas ideas en práctica.
Pero hay que tener mucho cuidado, el aula invertida o flipped classroom no se trata solo de dejar más tarea a los alumnos, sino de verdaderamente asignar las actividades correctas para que al llegar a clase los estudiantes puedan transformar el conocimiento en experiencias de aprendizaje prácticas, diferenciadas e incluso personalizadas.
De esta manera los estudiantes llegan con nuevos temas, nuevas preguntas y nuevos puntos de discusión, dirigiendo ellos mismos la clase en la que todos participan de distintas maneras y con sus propios puntos de vista, fomentando el aprendizaje individual del alumno fuera del aula, favoreciendo que sea un aprendizaje mucho más profundo, con su ritmo, y a través de actividades interactivas que le ayudan, haciendo, además, mucho más atractivo el aprendizaje.
Su aplicabilidad ofrece grandes ventajas, ya que la transferencia de conocimiento ocurre de forma natural, alentando a los estudiantes a participar de manera constante. De acuerdo con un estudio de Flipped Learning Network, el 71 % de los profesores que aplicaron el aula invertida notó mejoras en las calificaciones y el 80 % aseguró que la actitud de los estudiantes mejoró como resultado.
Esto se debe a que el modelo de aula invertida fomenta el aprendizaje individual del alumno fuera de clase, favoreciendo que sea un aprendizaje mucho más profundo y a través de actividades interactivas que lo hacen mucho más atractivo.
Otro gran beneficio es que los estudiantes pueden aprender con su propio ritmo; por ejemplo, en una clase tradicional, si un alumno no entiende los conceptos, el profesor se ve forzado a repetir la explicación tantas veces como sea necesario. Esto quiere decir que se debe pausar la clase para el resto de los estudiantes, perdiendo tiempo de desarrollo de las actividades.
Por el contrario, los estudiantes en aulas invertidas pueden repasar cualquier parte de una clase en casa, tantas veces como sea necesario. Si continúan teniendo problemas, pueden llegar a clase preparados con preguntas específicas para su profesor. Asimismo, al llevar las tareas asignadas al aula, los estudiantes pueden obtener ayuda rápidamente y los maestros pueden identificar áreas problemáticas comunes para ajustar su plan de trabajo.
La tecnología es una gran aliada del aula invertida, por tal razón nos encontramos en el momento justo para poder implementarla, pues los estudiantes y docentes se encuentran conectados por más tiempo y han empezado a familiarizarse con herramientas tecnológicas.
Es muy importante hacer conocer las reglas del aula invertida tanto a los alumnos como a los padres, para que también ellos puedan estar al tanto de los avances y participen con ellos en casa. Es una opción para el desarrollo cognitivo de los estudiantes y profundizar el aprendizaje con su propio ritmo.

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