Las barreras legales impiden que las mujeres aprovechen las oportunidades económicas en sus países, el acceso al crédito no es tan fácil, y en algunos casos no logran el financiamiento, la decisión en materia económica está relegada y pocos países abrieron espacios plenos al sector para que se consolide sus emprendimientos, según informes de organismos internacionales, que abordaron el tema de género.
Según el informe del Banco Mundial titulado La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022, alrededor de 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen igualdad de oportunidades económicas.
El Banco Mundial estima que a nivel global las diferencias entre los ingresos totales previstos a lo largo de la vida de hombres y mujeres es de 172,3 billones de dólares, lo que equivale al doble del Producto Interno Bruto mundial (PIB) (Wodon et al. 2020).
Por lo tanto, la adopción de leyes que refuerzan los derechos y las oportunidades de las mujeres es un primer paso esencial hacia un mundo más resiliente e inclusivo, agrega.
Señala que en 178 países se continúa con barreras legales, que les impide participar plenamente en la economía. En 86 países, las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral, y 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor.
A nivel mundial, las mujeres todavía acceden a solo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres, lo que se traduce en una puntuación total de 76,5 sobre 100 puntos, que indicaría la existencia de una paridad jurídica completa.
Sin embargo, a pesar del efecto desproporcionado que la pandemia mundial ha generado en la vida y los medios de subsistencia de las mujeres, 23 países reformaron sus leyes en el 2021 y dieron pasos muy necesarios para promover la inclusión económica de las mujeres, según el informe.
“Si bien se han logrados avances, a nivel mundial la brecha entre los ingresos esperados tanto de hombres y mujeres a lo largo de su vida es de 172 billones de dólares, casi dos veces el Producto Interno Bruto (PIB) anual del mundo”, señaló Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial.
El informe La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022 mide las leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan la participación económica de las mujeres en 190 países. Las ocho áreas son: Movilidad, Trabajo, Remuneración, Matrimonio, Parentalidad, Empresariado, Activos y Jubilación.
Los datos ofrecen puntos de referencia objetivos y medibles para analizar el avance a nivel mundial hacia la igualdad de género. Solo 12 países, todos integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tienen paridad jurídica entre los géneros. La novedad de este año es un estudio piloto realizado en 95 países sobre las leyes que rigen el cuidado infantil, un área crucial en la que se requiere apoyo para que las mujeres se desempeñen con éxito en el empleo remunerado.
A nivel mundial, el mayor número de reformas correspondió a los indicadores de parentalidad, remuneración y trabajo. Muchas modificaciones se centraron en la protección contra el acoso sexual en el trabajo, la prohibición de la discriminación por razones de género, la extensión de la licencia remunerada para los nuevos padres y madres, y la eliminación de las restricciones laborales para las mujeres. Los indicadores de remuneración y parentalidad muestran un incremento en el puntaje.
Los avances en el indicador de parentalidad se han referido en gran medida a la licencia por paternidad y a la licencia parental compartida, pero su baja puntuación destaca la necesidad de acelerar las reformas en esta área.
“Las mujeres no pueden lograr la igualdad en el lugar de trabajo si están en una posición desigual dentro del hogar”, afirmó Carmen Reinhart, Vicepresidenta Sénior y Economista en Jefe del Grupo Banco Mundial. “Eso implica lograr condiciones equitativas y asegurarse de que el hecho de tener hijos o hijas no impida a las mujeres participar plenamente en la economía y hacer realidad sus esperanzas y aspiraciones”.
Aspectos regionales destacados
En América Latina y el Caribe, las mujeres acceden a menos de tres cuartas partes de los derechos legales que se otorgan a los hombres. De las 32 economías de la región, dos promulgaron reformas el año pasado. Argentina contabilizó explícitamente los períodos de ausencia por cuidado infantil en las prestaciones de jubilación.
Colombia se convirtió en el primer país de América Latina en introducir la licencia parental remunerada, con el objetivo de reducir la discriminación contra las mujeres en el lugar de trabajo. Solo la mitad de las economías de la región garantizan algún tipo de licencia remunerada para los padres.
Decisiones financieras
Por otro lado, un nuevo estudio de CAF en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú aboga por mejorar el acceso de las mujeres al mundo financiero para acabar con las brechas de género. El informe asegura que, en los hogares de los cuatro países analizados, el 33 % de las mujeres afirman que toman las decisiones financieras por su propia cuenta, en comparación con el 48 % de los hombres
El estudio, denominado Capacidades financieras de las mujeres, evidencia las brechas de género existentes en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú y la necesidad de crear sistemas de indicadores de género para mejorar el acceso de la mujer al sector financiero y así poder diseñar políticas que reduzcan las desigualdades.
Según las encuestas realizadas en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, menos mujeres afirman que toman personalmente las decisiones sobre la gestión de las finanzas, lo que representa una brecha de género de 15 puntos porcentuales.
Además, más mujeres (67 %) que hombres (52 %) requieren de otras personas para decidir sobre las finanzas. Uno de los motivos, apunta el estudio, es la menor autonomía de la mujer, pues su participación en las decisiones financieras aumenta cuando contribuyen al ingreso del hogar y tienen mayores niveles de educación financiera.
«Es necesario trabajar en la implementación de estrategias nacionales o programas de educación financiera y crear sistemas de indicadores de género para diseñar políticas públicas que reduzcan las desigualdades y fomenten una mayor participación de las mujeres en la economía de sus países», dice Diana Mejía, especialista senior en Inclusión Financiera de CAF.
De acuerdo con el estudio del Grupo Credicorp, el 15 % de los hombres bolivianos tiene un nivel óptimo de inclusión financiera, mientras que entre las mujeres se llega al 12 %. Como se aprecia, la diferencia entre mujeres y hombres no es significativa, por lo que Bolivia es el único país del grupo evaluado en el que las brechas entre hombres y mujeres en inclusión financiera no son tan marcadas.
EXPERIENCIA
A pesar de ello, la experiencia de una emprendedora muestra que el sistema financiero no siempre se abre a la mujer, ya que niega el financiamiento.
Shirley Terrazas, propietaria de la disco & lounge Coco Bongo, informó que su emprendimiento demoró cerca de cuatro meses debido a que la planificación y el financiamiento iban juntos.
Señaló que acudió a las instituciones financieras para solicitar un préstamo y se lo negaron por su edad y porque como mujer pensaron que en este tipo de emprendimientos un varón es más adecuado.
«Las entidades financieras brindan mayor oportunidad de inversión a los varones que a las mujeres porque al parecer piensan que no estamos capacitadas para tener un negocio de diversión y entretenimiento», enfatizó Terrazas.
En todo el mundo, 118 economías garantizan 14 semanas de licencia remunerada para las madres. Más de la mitad (114) de las economías analizadas estipulan una licencia remunerada para los padres, pero la duración promedio es de solo una semana.
En el informe La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022 se introducen estudios piloto en dos nuevas áreas: el entorno jurídico referido a los servicios de cuidado infantil y la implementación de las leyes. Un número creciente de economías están invirtiendo en el cuidado infantil con el fin de mejorar sus habilidades y reconocer el trabajo no remunerado que desempeñan las mujeres, quienes suelen asumir una mayor cantidad de tareas de cuidado.